El expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero vinculó la intensificación del flujo migratorio de venezolanos por varios países de Latinoamérica a las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos.

"Como siempre ocurre con las sanciones económicas que producen un bloqueo financiero, quien, en definitiva, en ultima instancia, lo paga no es el Gobierno, sino los ciudadanos, es el pueblo. Esto debería dar lugar a una cierta reflexión" y "consideración", dijo Zapatero en entrevista con Efe tras participar en un foro en la ciudad brasileña de Sao Paulo.

Zapatero celebró "la actitud solidaria" hacia el pueblo venezolano de los once países latinoamericanos que se reunieron en Quito a principios de este mes para intentar "coordinar acciones y que, por supuesto, los principios de los derechos humanos, de la asistencia social, se cumplan".

En su opinión, en esas conversaciones también habría que incluir a Venezuela porque "difícilmente se podrá ordenar, si es que ese es el objetivo: ordenar racionalmente y ayudar a toda esa población que sale, incluso alguna que vuelve", si no hay "diálogo" con el país de origen de la inmigración.

La ONU calcula que, hasta junio de este año, al menos unos 2,3 millones de venezolanos han salido de su país por la crisis política, social y económica que atraviesa Venezuela y se han dirigido principalmente a Colombia, Ecuador, Perú y Brasil.

"Pero debo decir que en la intensificación en el crecimiento en los últimos tiempos de esa emigración a otros países tienen mucho que ver las sanciones económicas impuestas por los Estados Unidos y que se han sido respaldadas por algunos gobiernos", indicó.

Por su parte, el Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha negado que exista una crisis migratoria en la región e incluso un importante líder chavista como Diosdado Cabello declaró que los venezolanos que han emigrado en los últimos años lo hicieron por "moda" y porque "parecía que daba estatus".

Zapatero subrayó que los fenómenos migratorios no son de ahora y recordó que países como México y Argentina "acogieron a infinidad de españoles" tras la Guerra Civil (1936-1939), así como Venezuela, que albergó, según "las cifras que se barajan, a tres millones de colombianos".

"Incluso Venezuela sigue siendo uno de los más países que más personas de otros países tiene", añadió.

Zapatero viajará en los próximos días desde Brasil a Venezuela para "ver cómo está la situación" y "favorecer escenarios de posibles diálogos en un futuro inmediato", algo a lo que se ha dedicado durante "los últimos tres años".

Desde su punto de vista, eso exige "como siempre, escuchar y que las posiciones no se radicalicen".

"No habrá una salida que no sea una salida pacífica, donde las palabras política, diálogo, contención, respeto al otro sean las que se conjuguen, frente al insulto, la denuncia, el aislamiento, la sanción o la represión" aseveró.

Sin embargo, su papel como mediador en la crisis de Venezuela ha sido cuestionado por algunos importantes dirigentes de la oposición venezolana, como el expresidente del Parlamento de ese país Julio Borges, quien le tildó de "enemigo" del país.

Zapatero respondió que ha hecho y hace "una tarea en favor de la paz" y afirmó que "las expresiones de este señor, pues sinceramente será porque no puede decir lo que de verdad piensa que le gustaría que pasara en Venezuela".

Sobre las últimas medidas económicas impulsadas por Maduro, el expresidente del Gobierno español manifestó su deseo de que "den resultados" ya que, en su opinión, "van en la línea de lo que se necesita" para estabilizar la moneda y controlar "el déficit y la inflación".

"Pero deseo también que den resultado las medidas en Argentina, que es otro gobierno distinto y que a veces ha sido crítico con mi tarea, muy crítico con mi tarea, pues deseo (también) que den buen resultado", apostilló.

Zapatero remarcó que todos deberían "saludar que la situación económica de Venezuela se revirtiera y fuera mucho mejor".