Las ONG SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras (MSF), responsables del barco de salvamento Aquarius, pidieron hoy a las autoridades francesas que, de forma excepcional y por razones humanitarias, permitan que esa embarcación atraque en Marsella, puerto francés hacia el que ya han puesto rumbo.

En una rueda de prensa en París, el director de Operaciones de SOS Méditerranée, Frédéric Penard, estimó que después de que Panamá anunciara este viernes su decisión de retirarle el pabellón, Marsella, donde la ONG tiene su sede, es el único lugar que les ofrece las garantías para poder gestionar la nueva situación.

"No tenemos otra opción que poner ruta hacia el único sitio desde el que SOS podrá trabajar en estas condiciones totalmente críticas", subrayó Penard, que recordó que en el Aquarius hay actualmente 58 personas rescatadas, entre las que se incluyen 17 mujeres, una de ellas embarazada.

El Aquarius se encuentra todavía en aguas internacionales junto a la costa libia y calcula que, si no debe desviarse para efectuar nuevas operaciones de salvamento y las condiciones meteorológicas son buenas, podría llegar a ese puerto francés en unos cuatro días.

Penard dijo ser consciente de que Marsella no es el más cercano, pero destacó que no tienen intención de "sentar precedente", sino que reaccionan de forma excepcional "ante una situación excepcional".

El presidente de SOS Méditerranée en Francia, Francis Vallat, añadió que aunque han alertado a otros países de la situación, incluido España, les cuesta imaginar que el Ejecutivo francés pueda rechazarlo y de momento no han perfilado un "plan B".

La Autoridad Marítima de Panamá justificó su decisión de retirarle el pabellón alegando que las autoridades italianas han reportado que "el capitán de la nave ha rehusado devolver a los inmigrantes y refugiados auxiliados a su lugar de origen", una acusación que las ONG desmienten categóricamente.

La convención marítima estipula que no se puede retirar un pabellón mientras el barco todavía está en el mar, por lo que el Aquarius se arriesga a perderlo en cuanto atraque.

La ONG reclamó a Panamá que dé marcha atrás en su decisión. En caso negativo, solicitó a los gobiernos europeos que le concedan un pabellón europeo y, si no fuera posible, amplió su petición al resto de autoridades marítimas, señalando que no va a abandonar su misión humanitaria.

"No podemos perder este barco. Debemos mantenerlo a toda costa. Es importante para los rescates y como salvamento", insistió Penard, que denunció las presiones de Italia a Panamá y la voluntad de acabar con la presencia de ONG como la suya en el mar.