Cientos de estadounidenses de origen sefardí han solicitado la ciudadanía española en los últimos meses debido, entre otras cosas, al creciente "acoso" que perciben hacia los hispanos por la retórica antiinmigratoria de la Administración del presidente Donald Trump, según informa hoy The New York Times.

En virtud de la ley aprobada en 2015 por el Gobierno español, más de 6.400 personas en todo el mundo con ascendencia sefardí han obtenido la ciudadanía y "cientos" de ellos son de EEUU, donde expertos en la materia calculan que su número asciende a "cientos de miles", aunque muchos de ellos, hispanos, no conocen su genealogía.

De acuerdo al "Times", entre las razones para solicitar la nacionalidad que citan estas personas está su preocupación por el aumento de los crímenes, el acoso hacia los estadounidenses hispanos y la "demonización" de los inmigrantes latinoamericanos por parte de Trump, que suele utilizar una agresiva retórica.

La Federación Judía de Nuevo México, que asiste a aquellos interesados en obtener la ciudadanía, ve "dispararse las solicitudes cada vez que Trump dice algo que da miedo", según indicó al diario su directora de relaciones con la comunidad, Sara Koplik.

"Algunos quieren la ciudadanía española como una especie de póliza de seguro en caso de que las cosas se tuerzan mucho en este país", agregó esta historiadora experta en la certificación de ascendencia sefardí, uno de los requisitos, mientras que no es necesario ser practicante del judaísmo.

La medida española, que ha prorrogado hasta octubre de 2019 la fecha límite para solicitar la nacionalidad por ascendencia sefardí, requiere probar que se tiene al menos un ancestro que abandonó el país hace 500 años, cuando fueron expulsados los judíos en 1492 por los Reyes Católicos.

Cientos de personas han viajado a Albuquerque, donde se encuentra la sede de la Federación, desde todo EEUU para avanzar en ese proceso, que implica también superar exámenes de lengua española, de nivel medio, y de cultura en el Instituto Cervantes.

Según Koplik, los aspirantes proceden de toda la región de América, pero destacan tres grupos: los venezolanos que han dejado su país por la grave crisis económica, los mexicanos del estado de Nuevo León y familias hispanas con raíces en el suroeste de EEUU.

La Federación indica en su página web que el proceso entero, incluyendo la documentación y un viaje a España, cuesta unos 6.000 dólares y puede llevar hasta un año.