La policía turca inició hoy, a petición de la Fiscalía de Ankara, una operación para detener a 82 soldados por su supuesta implicación en el fallido golpe de Estado de julio de 2016.

Los sospechosos eran hasta ahora militares en activo -entre ellos un coronel y un teniente-, miembros de las fuerzas aéreas del país.

La Fiscalía los vincula con la red de seguidores del clérigo islamista Fethullah Gülen, exiliado en Estados Unidos y a quien Ankara responsabiliza de la asonada.

Solo en la última semana fueron detenidas 585 personas por supuestos vínculos gülenistas, según informó el Ministerio de Interior en un comunicado.

Desde la intentona golpista, más de 8.500 miembros de las Fuerzas Armadas, incluidos 150 generales, han sido expulsados de sus cargos por sus presuntas relaciones con la cofradía de Gülen.

En su mayoría afrontan juicios en su contra o han sido ya procesados.

La cifra de los afectados supone aproximadamente el 3,5 % del personal militar de Turquía.