La canciller alemana, Angela Merkel, llamó hoy a la cohesión en sus filas y defendió la vía centrista para su partido, en su último discurso como líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y ante el congreso en que se elegirá a su sucesor.

"Hace 18 años, en mi primer discurso como presidenta, pedí ir al grano ante una situación muy difícil para el partido", afirmó, al abrir su intervención, en alusión al escándalo de financiación irregular que se reveló entonces en la CDU, bajo la denominada "era" Helmut Kohl y al pasar el partido a la oposición.

Costó "superar" esa situación, prosiguió, y muchos años "y muchas elecciones después" el desafío ahora es "mantenerse unidos" y "liderar unidos", siempre desde la vocación centrista que caracteriza a la CDU.

Son momentos de fuerte "polarización social", agravados por la irrupción de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en el panorama parlamentario alemán, recordó Merkel, para destacar a continuación la necesidad de desmarcarse de estas vías.

"Nosotros no incitamos al odio ni aislamos a nadie", "no discriminamos a nadie", "no hacemos diferencias entre el respeto a la dignidad humana", proclamó, para insistir en que desde la CDU "nos desmarcamos de quienes lo hacen" y "representamos los valores democráticos".

Merkel recordó que su bloque conservador ha liderado Alemania durante más de cincuenta años -en alusión a los cinco cancilleres federales surgidos de sus filas del total de ocho que ha tenido el país- y que el objetivo ahora es "seguir liderando".

Sin expresar un apoyo claro a ninguno de los tres aspirantes a su sucesión, la líder del partido sí aludió a uno de los tres -la secretaria general, leal a su línea, Annegret Kramp-Karrenbauer- de quien recordó que el partido había logrado en su "Land", el Sarre, más del 40 % de los votos.

El discurso de Merkel, a quien el congreso había recibido ya en la apertura con una fuerte ovación, se vio interrumpido por frecuentes aplausos, especialmente cuando la líder expresó su agradecimiento a sus colaboradores más fieles, cuyos nombres no necesariamente son los más conocidos entre el ciudadano común.

Fue un discurso más corto de lo habitual -media hora, frente a los 90 minutos habituales-, mucho más emotivo de lo que es característico a lo que ella denominó, irónicamente, "la sequedad propia de Merkel".

A los 1.001 delegados del congreso, que se celebra en Hamburgo, compete elegir a la nueva cúpula al completo, además de la presidencia, para lo que se prevé un pulso entre el ala continuista y el giro a la derecha al que aspira parte de la CDU.

Tres son los aspirantes a la jefatura: Kramp-Karrenbauer, de 56 años y apodada AKK, representante del ala leal a la línea de Merkel, mientras que el exjefe del grupo parlamentario Friedrich Merz, de 63 años, y el ministro de Sanidad, Jens Spahn, de 38, representan a las corrientes derechistas.

Las preferencias de Merkel, pese a su pretendida neutralidad, se inclinan hacia AKK, mientras que varios nombres de peso del partido, como el presidente del Parlamento, Wolfgang Schäuble, apoyan a Merz.

No se descarta que en el congreso surjan otras candidaturas alternativas, ya que los estatutos de la formación contemplan esa posibilidad, recordó ayer el secretario ejecutivo de la CDU, Klaus Schüler, tras la última reunión de la cúpula del partido.

Al discurso de Merkel y turno de intervenciones en torno a éste seguirá la presentación de los aspirantes, el correspondiente debate y turno de preguntas, tras lo que se procederá a la elección de la presidencia sobre las 17.00 GMT.