El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha criticado este viernes la "hipocresía" de los líderes europeos cuyos países están en primera línea de la frontera exterior y piden más medidas para protegerse de la llegada irregular de inmigrantes, pero al mismo tiempo bloquean la reforma que impulsa Bruselas para dotar con 10.000 agentes la guardia de fronteras y costas (antigua Frontex).

"Empiezo a perder la paciencia. Aunque un presidente no debería decir esto en el Consejo, esta mañana les dije que había un elefante en la habitación y era la hipocresía", ha dicho Juncker en una rueda de prensa en Bruselas, quejándose de que su propuesta no halle el respaldo necesario entre los 28.

Juncker se ha expresado así al término de una cumbre europea en la que los líderes han pasado de puntillas sobre las importantes reformas pendientes en materia de asilo y migración, congeladas por la falta de consenso, a pesar de que, según se ha quejado, "todo el mundo o casi" ha pedido al Ejecutivo comunitario medidas para un mayor control fronterizo.

"Desde hace años, todos los Estados miembros dicen que hay que reforzar la protección de las fronteras exteriores, de ahí mi sorpresa, en especial por los primeros implicados, que rechazan contemplar el refuerzo de las fronteras exteriores", ha continuado el jefe del Ejecutivo comunitario, que ha pedido que no le vuelvan a pedir esfuerzos si no aplican sus propuestas.

Juncker se refería sin mencionarlos a países que como España, Malta y los del Este que expresaron reservas en la última reunión de ministros de Interior de la UE a la petición de Bruselas de sumar 10.000 agentes de aquí a 2020 a la nueva guardia de fronteras y costas (antigua Frontex).

España tampoco ve con buenos ojos este proyecto por temor a que su despliegue contravenga la soberanía nacional de los países, una preocupación que comparten otros países del Mediterráneo, como Italia, y también los del Este, según informaron a Europa Press fuentes diplomáticas europeas.