El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha emitido un decreto para permitir al Gobierno supervisar y coordinar las actividades desarrolladas por ONG y organizaciones internacionales en Brasil, lo que podría suponer la restricción del trabajo desempeñado por muchas de ellas.

El decreto temporal, que expirará a menos que sea ratificado en un plazo de 120 días por el Congreso, ordena al secretario de Gobierno de Brasil, Carlos Alberto Dos Santos Cruz, "supervisar, coordinar y monitorizar las actividades y acciones de organizaciones internacionales y ONG en el territorio nacional".

El decreto forma parte de una serie de medidas impulsadas por la Administración de Bolsonaro durante su primer día al frente de la Presidencia brasileña. El director de la ONG Human Rights Watch (HRW) para América, José Miguel Vivanco, ha indicado que la medida podría ser entendida de manera positiva aunque suscita preocupación.

"Si el objetivo es facilitar una relación constructiva entre los grupos de la sociedad civil internacional y el Gobierno, bienvenido sea", ha aseverado. "Sin embargo, me impactan los términos como supervisar y monitorizar, lo que sugiere una falta de entendimiento del papel independiente que deben tener estas entidades en una sociedad abierta y democrática", ha expresado.

Bolsonaro no ha expresado las razones que le han llevado a tomar dicha medida, pero ha afirmado en su cuenta de Twitter que las ONG "han manipulado y explotado" a la población indígena del país", formada por unas 900.000 personas. "Integremos juntos a estos ciudadanos y valoremos a todos los brasileños", ha continuado.