El Gobierno de México pidió hoy disculpas a la periodista Lydia Cacho al reconocer que se violaron sus derechos humanos cuando fue agredida en 2005 tras denunciar una red de pederastas ligada a empresarios y gobernantes, un hecho que quedó impune.

"Estamos aquí siendo consecuentes como gobierno con nuestra historia, con las omisiones y errores del pasado, estamos aquí para ofrecer disculpas a nombre del Estado mexicano a Lydia Cacho", dijo la secretaria de Gobernación del país, Olga Sánchez Cordero.

La activista fue detenida en diciembre de 2005 por una decena de policías que, sin contar con orden de captura, la trasladaron de Cancún a Puebla en un vehículo propiedad del empresario de la industria textil José Kamel Nacif.

El empresario era uno de los principales señalados en el libro de investigación "Los demonios del Edén", publicado por la periodista.

Durante el viaje por carretera de Cancún a Puebla, que duró más de 20 horas, Cacho fue torturada física y psicológicamente, además de sufrir tocamientos e insinuaciones sexuales y ser amenazada de muerte de manera verbal y física.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación concluyó en 2007 que no se violaron "de forma grave" las garantías individuales de Cacho y, después de 13 años de buscar justicia, solo se ha sentenciado a un policía por tortura y siguen libres los perpetradores e instigadores de las violaciones de derechos humanos.

En 2018 el Comité de los Derechos Humanos de la ONU aprobó un dictamen que declaró al Estado mexicano responsable de varias violaciones de derechos humanos en contra de Lydia Cacho y otorgaba 180 días para implementar las medidas correspondientes.

Hoy, el Gobierno mexicano, presidido por Andrés Manuel López Obrador, reconoció públicamente su fallo y Sánchez Cordero aprovechó para garantizar que no se consentirá que ocurran este tipo de cosas en la administración actual.

Cacho consideró que esta disculpa es "solo el primer paso de la reparación integral" y exigió juicio para "todos y cada uno de los autores intelectuales" del suceso acontecido hace 14 años.

"Si las mujeres como yo nos hemos jugado la vida por los derechos humanos, por atrevernos a revelar la verdad, lo menos que esperamos de quienes lideran este país es que tengan la mitad de la valentía y ética que hemos demostrado nosotras teniendo una milésima del poder que ustedes tienen hoy", concluyó.