El Parlamento macedonio aprobó hoy los cambios en la Constitución necesarios para que el país se llame Macedonia del Norte, con lo que llega el turno de Grecia para ratificar un acuerdo que pondría fin a una disputa de más de un cuarto de siglo.

El primer ministro macedonio, Zoran Zaev, tuvo problemas para asegurar la mayoría de dos tercios necesaria para reformar la Carta Magna, pero finalmente esta tarde consiguió que 81 diputados de un total de 120 diesen su apoyo a los cambios que abrirán al país las puertas de la OTAN y de las negociaciones de adhesión de la Unión Europea (UE).

Para ello tuvo que negociar hasta el último momento con dos diputados del partido de minoría étnica albanesa BESA, que pidieron cambios técnicos en la parte referida a la ciudadanía para no perjudicar a las distintas minorías que viven en el país.

Los cambios en la Constitución que se han aprobado se refieren al nombre del país, el preámbulo de la Carta Magna, la diáspora, la integridad territorial y la soberanía de los países vecinos, y eran una parte fundamental del acuerdo firmado con Grecia este verano.

El primer ministro griego y promotor del acuerdo, Alexis Tsipras, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, fueron de los primeros líderes extranjeros en felicitar a Zaev por este paso decisivo.

Durante la sesión se hizo palpable la ausencia del principal partido de la oposición, el conservador VMRO-DPMNE, cuyos asientos permanecieron vacíos pues considera que la mayoría de los ciudadanos está en contra de estos cambios.

La oposición defiende que el referéndum celebrado el 30 de septiembre de 2018 fracasó por escasa participación pero, aunque no se alcanzó el quórum necesario, la apabullante victoria del ''sí'' con un 91 % de los participantes a favor, dio alas al primer ministro para continuar hasta hoy con el proceso de ratificación.

"VMRO-DPMNE sabe que no era posible un acuerdo mejor y que, sin Grecia, no hay OTAN ni Unión Europea", dijo Zoran Zaev.

El líder de VMRO-DPMNE, Hristijan Mickoski, pidió tras la ratificación la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones generales anticipadas junto con las presidenciales previstas para abril.

"Consideramos que los cambios en la Constitución para cambiar nuestro nombre, identidad, historia y educación se ha producido de una forma anticonstitucional y criminal. Es una traición, no una decisión de la ciudadanía", destacó Mickoski.

Los cambios que los parlamentarios han aprobado hoy solo entrarán en vigor si Grecia ratifica el acuerdo y levanta el veto que ha mantenido durante años sobre su entrada en la OTAN y la UE.

Si alguno de estos dos procesos no se completase en Grecia, las reformas constitucionales perderían su validez.

Se espera que en Grecia se fije una fecha para ratificar el acuerdo en los próximos días.

Al igual que en Skopje, la oposición conservadora helena está en contra, hasta el punto de que se ha puesto en entredicho el futuro de la coalición de Gobierno formada por el izquierdista Syriza y los nacionalistas Griegos Independientes (Anel) desde enero de 2015.

Tsipras y el líder de Anel y ministro de Defensa, Panos Kammenos, tenían previsto reunirse hoy para decidir el futuro de la coalición, ya que Kammenos había dejado claro que abandonaría el Gobierno si se aceptaba una solución que incluyese el término "Macedonia".

Kammenos anunció hoy que la reunión y cualquier decisión se posponían hasta que se conociese el resultado en Skopje.

El mismo Tsipras -para el que el acuerdo es prioritario- anticipó en una entrevista que si las objeciones de Anel sobre el acuerdo rompiesen la coalición, presentaría una cuestión de confianza y que, de perderla, convocaría elecciones anticipadas.

Si Kammenos decidiese abandonar el Gobierno e imponer disciplina de voto en contra del acuerdo con ARYM, esto podría causar la implosión de su partido que, según todas las encuestas, no podrá alcanzar el 3 % necesario para tener representación parlamentaria.

Además, de los siete diputados que representan a Anel en el Parlamento se espera que al menos dos voten a favor del acuerdo.

Según informaron hoy los medios locales, solo dos de los siete diputados que Anel tiene actualmente en el Parlamento apoyaron a Kammenos en su petición de retirar a sus ministros del Gobierno y romper así en la práctica la coalición.