La relatora de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Birmania, Yanghee Lee, ha expresado este viernes su preocupación ante el aumento de la violencia en el norte y el centro del estado de Rajine y ha instado a las partes del conflicto a garantizar la protección de civiles.

"Ambas partes deben tomar precauciones y garantizar la protección de civiles", ha indicado Lee. "Es inaceptable que Tatmadaw y el Ejército de Arakán lleven a cabo hostilidades de una manera que afecte a los civiles", ha aseverado, refiriéndose al Ejército birmano, el Tatmadaw, y al Ejército de Salvación Rohingya de Arakán.

El último brote de violencia en Rajine comenzó cuando los milicianos rohingyas mataron a trece policías e hirieron a otros nueve en cuatro ataques contra puestos policiales el 4 de enero, el Día de la Independencia de Birmania.

La relatora de la ONU ha condenado este ataque y también se ha mostrado preocupada por la respuesta del Tatmadaw. "Lo que está sucediendo en Rajine me recuerda a las tácticas utilizadas por el Tatmadaw contra las poblaciones étnicas durante décadas", ha aseverado.

El Gobierno del estado de Rajine envió una carta a las agencias humanitarias internacionales, excepto al Programa Mundial de Alimentos (PMA) y al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en la que solicitaba la suspensión de sus actividades en los cinco municipios del norte de Rajine, algo que la relatora de la ONU ha recordado que es "una grave violación del derecho internacional humanitario".

"Es vital que la asistencia pueda llegar a quienes han huido de la violencia y el Gobierno debe revertir inmediatamente su decisión de no permitir el acceso a todas las organizaciones humanitarias", ha recalcado Lee.

Un portavoz de las Fuerzas Armadas birmanas ha informado este viernes de que el Ejército de Birmania ha matado a trece rebeldes rohingyas del Ejército de Salvación Rohingya de Arakán en el estado de Rajine, según ha recogido la agencia británica Reuters.

Los combates entre las fuerzas de seguridad birmanas y el Ejército de Arakán, un grupo armado rohingya que reclama mayor autonomía para Rajine, han provocado la huida de sus hogares de unos 5.000 civiles desde comienzos de diciembre de 2018, según estimaciones de Naciones Unidas.

Un portavoz del Ejército de Arakán afincado fuera de Birmania ha asegurado a Reuters que cinco de los cadáveres recuperados por las Fuerzas Armadas birmanas no corresponden a milicianos suyos.

El Gobierno birmano reclamó la semana pasada a las Fuerzas Armadas que "aplasten" a los rebeldes, según contó un portavoz del Ejecutivo de Naipyidó.