"Yo no he venido a hacer política, estoy en Tenerife para ser partícipe de unos proyectos que se están haciendo en defensa de la cultura de la vida". Con esta frase arrancó el viernes una breve conversación con el donostiarra Jaime Mayor Oreja (1951), ministro de Interior entre 1996 y 2001 y eurodiputado durante una década, antes de participar en el Real Casino de Tenerife en un diálogo en el que valoró la situación "política en Canarias" junto a Asier Antona, candidato a la presidencia de gobierno regional en las próximas elecciones del 26 de mayo. "Es una persona a la que respeto y por la que siento un gran afecto", dijo el excandidato a lehendakari por el PP. Conocedor de la realidad venezolana tras estar a pie de obra en algún proceso electoral, el ingeniero agrónomo vasco no se marchó sin realizar una análisis de la crisis que se ha abierto en el suelo venezolana a partir del pulso que libran Nicolás Maduro y Juan Guaidó.

¿Cuál es su análisis de lo que ha ocurrido en las últimas horas en Venezuela?

Yo he estado muchas veces en Venezuela para fortalecer la mesa de la oposición. Durante 10 años mantuve varios encuentros para impulsar una unidad contra el chavismo, que al final no ha resultado la mejor de todas. En 2011, todavía con Hugo Chávez vivo, encontré muchísimas dificultades para entrar en el país a través de Perú. Entonces tenía claro que Venezuela caminaba sin remedio hacia una dictadura. Lo que ha sucedido es muy esperanzador, lo peor habría sido que no hubiera pasado nada.

¿A qué se refiere cuando habla de que la unidad de la oposición aún no se ha resuelto de la mejor manera?

Que no puedo dar una opinión demasiado concreta porque llevo unos cuantos años alejado de esa realidad. No sé hasta qué punto el movimiento que se ha creado, que ojalá sea en favor de la democracia, va a resultar definitivo. De lo que sí soy consciente es de que la situación en Venezuela era insoportable, algo que supera el sufrimiento humano. Yo tengo una relación muy especial con el antiguo presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, y sé que en términos de libertad la situación ya era insostenible.

¿Confía en la viabilidad de este proceso?

Venezuela en estos momentos es un país envuelto en la incertidumbre, pero por muy dura que sea esa incertidumbre, lo que hay en estos momentos es mejor que lo que había hace 72 horas.

¿Encender los focos de la libertad sobre Juan Guaidó no supone una amenaza mayor en un país en el que las voces contrarias al poder sufren la represión?

No nos equivoquemos. En Venezuela solo existe un camino: liquidar la dictadura.

¿Sí, pero dar ese paso al frente implica muchos riesgos?

De una situación de estas características no se sale desde el diálogo con Maduro, es decir, el arreglo tiene que ser traumático sí o sí. Venezuela sabía que este problema se solucionaba con sangre en las calles. Creo que nos estaríamos equivocando si ponemos en cuestión los mecanismos, métodos y riesgos que se han activado para acabar con esa dictadura. Lo importante es poner el acento sobre el final del chavismo. Ese régimen debería desaparecer para siempre. España tendría que liderar cada una de las estrategias de la Unión Europea en relación a la crisis venezolana.

¿Por qué España no tienen en estos momentos esa capacidad de liderazgo?

En España lo que nos gobierna hoy no es el PSOE, es el frente popular, populista, nacionalista. Es no es una coalición, es un pacto en el que cohabitan Bildu, los separatistas catalanes y los partidarios de Chávez. En términos históricos es una alianza que tiene muchas semejanzas con aquel Frente Popular del año 1935.

¿La UE debe ser más firme?

Ojalá la posición de la UE sea inequívoca, a pesar de las dudas y las vacilaciones de España. Dado los vínculos emocionales que tengo con Venezuela sufro muchísimo con todo lo que está pasando en ese país. Todos los países tenemos defectos y cometemos errores históricos, pero lo que está pasando allí no tiene defensa. Venezuela hace tiempo que había llegado a una cota insufrible para los demócratas y los hombres de bien. Lo urgente es que acabe el ciclo de Maduro. Eso es lo verdaderamente importante, que se acabe de una vez por todas cualquier amenaza chavista.

¿Comparte los comentarios que apuntan que "España ha dejado tirado a los suyos" en esta crisis humanitaria?

Ahora, según mi modesta opinión, no hay debate. En estos instantes lo primordial es poner los cimientos para que este periodo de dudas acabe lo antes posible. En alguno de los viajes que hice durante mi etapa como eurodiputado encontré a empresarios españoles que me suplicaron que dulcificara mi discurso para evitar que ellos sufrieran las represalias de la dictadura. Ante eso, mi respuesta siempre fue la misma: "Yo no vengo aquí a hacer política; he venido a ayudar a la oposición." En estos momentos España respalda a Maduro y la gran mayoría de aquellos empresarios se han ido del país. Los principios democráticos siempre chocan con los intereses económicos, pero yo siempre he tenido la convicción de que aquello iba generando en un proceso dictatorial violento.

¿Cómo puede caer un país con tanta riqueza de recursos naturales en esta espiral destructiva?

Estoy seguro de que Venezuela cuando supere este traumatismo, porque estoy convencido de que lo habrá, puede ser un país con sus problemas y desequilibrios sociales, pero una nación en la que se pueda vivir con un mínimo grado de bienestar. La esperanza no hay que perderla, pero también debemos preguntarnos, ¿por qué llegó Chávez al gobierno? El día que Venezuela se recupere de este golpe habrá que hacer una revisión histórica para no repetir los errores que se cometieron antes de que se implantara el chavismo. Chávez y Maduro han completado un ciclo negro para un país que debe empezar a respirar democracia.

Usted ha sido testigo de varios procesos electorales, ¿habrá cita con las urnas?

Ellos tendrán que instrumentar la salida de Maduro adecuadamente, pero unas elecciones dirigidas por Maduro no son unas elecciones. Eso es otra chapuza; más de lo mismo.

"En Venezuela solo existe un camino: liquidar la dictadura"