YA ES REALIDAD el nuevo Hospital de La Gomera, inaugurado esta semana y en el que se plasma un derecho, una lucha y un logro de la Isla, tras una década de reivindicaciones e iniciativas que finalmente han supuesto un avance importante para la salud de residentes y visitantes.

Hace ahora poco más de siete años que se presentó el proyecto del centro sanitario, pues fue en marzo de 2003. Los representantes del Gobierno de Canarias se desplazaron a La Gomera para informar de la actuación y asegurar que la infraestructura estaría en funcionamiento en 2006. No se trataba, sin embargo, de un anuncio gratuito y sí de la respuesta a una demanda de hacía años, que llevó incluso a la presentación en el Parlamento de una Proposición de Ley avalada por más de 8.000 firmas.

En el año 2000 desde el Ejecutivo se aseguró que en La Gomera se construiría un hospital cuando hubiera suelo, así que el Cabildo se puso manos a la obra y en 2001 compró a la Cofradía Nuestra Señora de Guadalupe los 60.000 metros cuadrados de terreno que se cedieron al Gobierno para la construcción de este centro, al que se puso la primera piedra en 2005.

En junio de 2006 se realizó la puesta de bandera del edificio; se presentó una habitación piloto y se anunció el buen ritmo de los trabajos, aunque se cambió la fecha de apertura, que se trasladó a 2007. Lo que se produjo aquel año, no obstante, fue el comienzo de la contratación de equipamientos y el plazo de apertura pasó a 2008, luego a 2009, y finalmente llegamos a abril de 2010, tras dos presidentes del Gobierno regional y cuatro consejeros de Sanidad.

No se trata, pese a todo, de hacer ahora ningún reproche, porque lo importante es que La Gomera ya cuenta con una amplia y moderna dotación, que deberá ajustar la atención sanitaria insular a las necesidades y demandas ciudadanas. Es necesario, sin embargo, recordar que esta infraestructura, probablemente la más importante que se abra en La Gomera en este siglo, es un ejemplo más del valor y la tenacidad del pueblo gomero.

Las vecinas y los vecinos son los verdaderos protagonistas de este hospital, tanto porque a ellos está destinado como porque ellos son los que lo han conseguido. Debemos, por tanto, felicitarnos y sentirnos orgullosos de nosotros mismos, sintiendo este logro, además, como un estímulo para continuar avanzando hacia el progreso sostenible y la calidad de vida a la que aspiramos y que, por supuesto, nos merecemos todos los canarios, sin ningún tipo de distinción.

El objetivo es reducir los desplazamientos a otras islas y, por tanto, disminuir el coste económico y social, de ahí que a lo largo de la última década y como no podía ser de otra forma, pues al Cabildo corresponde la defensa de los intereses de la Isla, han sido innumerables las declaraciones en defensa del hospital que se han realizado desde la institución insular, y que no sólo cedió el terreno en el que se levanta el centro y construyó la carretera de acceso, sino que también pusieron a disposición del Gobierno otros 3.000 metros cuadrados para aparcamientos.

El nuevo Hospital de La Gomera nace con la aspiración de dotar a la Isla de servicios sanitarios punteros y mejorar la calidad, equiparándola a la del resto de las Islas de la Comunidad Autónoma. Así, crece el número de camas y se dispone de atención diurna; aumenta la capacidad de resolución de las especialidades y se amplían los recursos materiales.

Contamos con más espacios, más equipos y más comodidad. Y lo hemos hecho con un gran esfuerzo, del que también es parte importante el Gobierno canario y hasta la Unión Europea, pues el primero fue el que encargó, adjudicó y dirigió la ejecución del proyecto que hoy es realidad, y la segunda financió el 75 por ciento de la inversión global del centro, que ha costado cerca de 40 millones de euros, a los que, como dije, se suman la inversión insular de cerca de un millón de euros destinada a la compra de terrenos y los 8,5 millones de euros del acceso.

No menos importantes han sido los trabajos desarrollados por el equipo técnico y las empresas encargadas de ejecutar las obras. Sólo falta, por tanto, que todo funcione como esperamos, y para ello ponemos toda nuestra confianza en los responsables sanitarios y demás trabajadores del hospital, de cuya profesionalidad no tenemos ninguna duda, cuando se dispone de las suficientes dotaciones.

de La Gomera