Cuando a los canariones un temporal les mandó su Dedo de Dios al fondo del mar -ni era dedo, ni era de Dios, por lo que se vio- les entró tremendo trauma, un gran repelús. Se fue al océano uno de sus símbolos existenciales. Igual trauma que el que tiene el PSOE, caído democráticamente hasta el punto de que ahora designa a dedo a sus aspirantes. Es decir, Rubalcaba se convierte en candidato a la Presidencia del Gobierno y no se sabe bien si será o no secretario general, ni tampoco si dimitirá o no como vicepresidente del Gobierno y ministro del Interior. Que ni chiquito follón tienen los sociatas que ya disfrazan decisiones unilaterales con el carnaval de unas primarias sin primarias; porque Rubalcaba ha sido designado por el dedo de un dios menor llamado Zapatero. Tan menor que nadie cree en él.

Pobre partido, que pretende ganar las elecciones del año que viene con el de la chepa y la barba como valor más preciado, después de la paliza sufrida el pasado día 22, fecha en la que los españoles, y los canarios, no dejaron títere con cabeza.

Mal asunto para el PSOE, que ha tenido que recurrir a un cartucho quemado para organizarse cuando tenía elementos -y elementas, vamos a hablar en su argot anti epiceno- para ser proclamados candidatos con mejor pronóstico. Rubalcaba significa, ni más ni menos, que la continuidad de Zapatero y todo lo que huele a Zapatero -y Rubalcaba huele que apesta a él- será rechazado por el electorado. El zapaterismo ha muerto, pero el PSOE, tremendamente obcecado, no se atreve a enterrarlo y pasea sus cadáveres por entre la multitud, clamando votos. Pues no, con éste tampoco, porque éste es más de lo mismo. Y porque la gente está harta de ver pasar faisanes sin poderles hincar el diente.

Mientras los socialistas sestean en Ferraz, aquí se intentan sustanciar unos pactos que no hay por dónde cogerlos. Mal pronóstico en las generales para Coalición Canaria con el triunfo del PP. Con las ganas que tienen en Canarias de quitar al PSOE de en medio habrá poca gente que en las legislativas "malgaste" su voto en CC. Y es una pena, porque el sentimiento nacionalista no debe morir jamás. Tendrán que analizar todo esto muy bien los nacionalistas -todos unidos, si es posible- para no fenecer víctimas de la corriente. Y el que avisa no es traidor.

Todavía colean las conversaciones para los pactos. Nadie se quiere mojar. Hay como una especie de tensa espera, a la vista de lo que digan desde las respectivas centrales. Atención a los más zorros. Atención al Cabildo de Tenerife. Atención al Ayuntamiento de Santa Cruz. Puede haber sorpresas. O no.