La ampliación del Puerto de Playa Blanca, en la isla de Lanzarote, está pendiente de que se alcance un acuerdo definitivo sobre el nuevo diseño de la infraestructura entre el Gobierno de Canarias, el Cabildo y el Ayuntamiento de Yaiza, tal y como ha indicado el consejero de Obras Públicas, Transportes y Política Territorial, Domingo Berriel.

El consejero explicó que la Dirección General de Puertos del Gobierno de Canarias presentó 26 alternativas diferentes a las autoridades lanzaroteñas para que seleccionaran las que podían dar una mejor solución a los problemas de tráfico de embarcaciones que presentan las actuales instalaciones, derivadas entre otros factores de los usos pesquero, deportivo y comercial.

Con las alternativas propuestas, se pretendía solucionar, entre otros, los problemas derivados de la concentración de actividades náuticas en una única dársena, el contar con una zona terrestre de operaciones náuticas de escasa superficie y el riesgo de interferencias entre transbordadores y embarcaciones menores, así como dotar a las instalaciones terrestres de más servicios.

No fue hasta el año 2009 cuando se alcanzó un acuerdo, por el que se seleccionó la alternativa número 6 de todas las presentadas como la más idónea para la ampliación del puerto. Esta alternativa consistía en la ejecución de una dársena exterior al actual puerto, con capacidad para los dos ferris que actualmente operan en él y, eventualmente, un crucero de tipo medio, dejando la dársena interior actual para uso deportivo y pesquero. Con esta solución, la ocupación de un nuevo espacio en la costa se minimizaría y la generación de nueva explanada sería la estrictamente precisa para las necesidades del puerto.

El proyecto ya había superado la fase de consultas ambientales previas, que convalidaba la alternativa escogida por consenso entre Gobierno de Canarias, Cabildo y Ayuntamiento, pero, durante una fase posterior de consultas para que las autoridades lanzaroteñas refrendasen la solución planteada, ambas instituciones optaron por proponer, en 2010, la alternativa número 7 como la más recomendable para las obras de ampliación del puerto.

Sin embargo, los técnicos de la Dirección General de Puertos desaconsejaron dicha alternativa por problemas técnicos, operativos y ambientales, al considerar que consume más zona de costa, tiene mayor impacto visual, genera problemas de acumulación de residuos, representa mayores molestias a los propietarios de la zona posterior al puerto, y tiene mayores costes, especialmente derivados de la pérdida de unidad de gestión.

NUEVAS PROPUESTAS

Ante esta situación, el Gobierno de Canarias convocó a Cabildo y Ayuntamiento a una nueva reunión, en febrero de 2011, en la que se acordó que la Dirección General de Puertos remitiría una serie de nuevas propuestas que, en la línea de la alternativa número 7, eliminaran los problemas técnicos, operativos y ambientales de la misma.

De hecho, el Gobierno remitió ese mismo mes hasta 6 nuevas alternativas en las que se diseña un puerto con algo más de explanada, susceptible de ampliación en el futuro, y se mantienen los atraques para los dos ferris y un crucero medio, pero siempre preservando el principio de unidad de gestión respecto a que haya una única bocana y un acceso común.

Desde entonces, los contactos entre las tres instituciones han sido constantes, pero todavía no se ha logrado obtener el acuerdo plenario de la institución local y la insular sobre una alternativa de consenso. Una vez obtenido, se procederá a redactar el proyecto definitivo, que deberá someterse a los trámites que establece la legislación.

Así, Berriel explicó que se prevé un periodo de un año para terminar de redactar el proyecto y el trámite ambiental ante la Comisión de Ordenación del Territorio y el Medio Ambiente de Canarias, y de seis a doce meses para la adscripción por el Estado del Dominio Público Marítimo Terrestre afectado. De ahí que no se prevea la licitación de la obra antes de 2014, en el mejor de los casos.