PARECE como si Garachico volviera a la historia. Mañana se inaugura su puerto, que fue destruido primero por una riada y después por un volcán. Hombre, no está en el mismo sitio, pero parece como si la Villa y Puerto volviera a su esencia; porque ahora mismo era villa, pero no era puerto.

Cuarenta millones de euros ha costado el refugio, que espera a la iniciativa privada para su explotación. 600 metros de atraque, una zona para pescadores y otra para yates de recreo de 8 a 15 metros. El puerto es muy hermoso, ahora habrá que probarlo. Y un puerto pasa su mayoría de edad cuando puede con el mar. Ojalá que así sea, porque el mar del norte es muy hijoputa y cuando quiere lo destroza todo.

He pisado ya el recinto. El otro día me metí en él, caminando, a ver la sensación que se tiene siendo el primero en saborear la vuelta a la vida de este entrañable pueblo norteño. Nadie me paró, así que caminé y caminé hasta que me cansé. Mañana se inaugura el muelle, que podrá tolerar las maniobras de un ferry, en cuanto la iniciativa privada también se comprometa a dotar lo necesario en tierra para que las operaciones de un buque de este tipo se completen.

Los fondos para la construcción vienen, en su mayoría, de los recursos canarios, lo que lo hace aún más nuestro. Será el mejor refugio del norte de Tenerife; en realidad no hay otro hasta Los Gigantes y para barcos de recreo relativamente pequeños. Mientras que en Mallorca hay un puerto cada diez millas náuticas en Canarias siempre le hemos huido al mar y hemos creído lo del bruto y animal: que un puerto es cosa de ricos. No, no, un puerto es para todos, para ricos y para pobres, entre otras cosas porque siempre habrá pobres y ricos.

Mañana no habrá ágape, sino un acto sencillo, tres discursos y a casa. Solo que Lorenzo Dorta, que es el presidente del Consorcio de la Isla Baja, ha encargado a sus expensas una paella para sus amigos, en el instituto que lleva su nombre, en la Villa y Puerto. No sé si la paella estará lista mañana o el domingo.

Garachico vuelve a la historia y se le hace justicia. Ha tenido más suerte que otros pueblos de la isla. El Puerto de la Cruz reclama un muelle parecido desde 1906 y todavía no lo tiene. En fin, ya les dije que siempre ha habido pobres y ricos.