La Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo de Gran Canaria ha constituido un banco de semillas locales que atesora 500 muestras de diversas especies vegetales, entre ellas 48 tipos de trigo con un componente originario de la época aborigen, para su conservación.

Según ha explicado hoy en un comunicado el consejero del área, José Miguel Álamo, a partir de este banco de semillas se ha desarrollado un programa denominado "La herencia olvidada" que ha permitido realizar, por primera vez, un inventario sobre el trigo autóctono de Gran Canaria.

Tras la identificación de estos 48 tipos de trigo se pretende "localizar el de más calidad e incorporarlo con sello de calidad de Gran Canaria a las panaderías".

Álamo ha destacado que el mundo rural tradicional alberga un sorprendente abanico de valores ambientales, culturales y económicos de los que "tenemos mucho que aprender".

Identificar, conservar y potenciar las variedades cultivadas tradicionalmente es un objetivo para el Cabildo de Gran Canaria, dada la biodiversidad vegetal especialmente valiosa de la isla.

"De la misma manera, que nuestra flora silvestre tiene valores reconocidos mundialmente, nuestra diversidad vegetal agraria, muchísimo menos conocida, tiene méritos como para ser catalogada como de un valor excepcional", ha referido el consejero.

El programa "La herencia olvidada", cuyo objetivo es identificar, conservar y poner en valor la biodiversidad agrícola de Gran Canaria, ha permitido constituir un banco de semillas autóctonas en el que se atesoran unas 500 muestras de muy diversas especies, con las que se pretende garantizar la conservación de los cultivos locales y prestar semillas a aquellos agricultores que lo soliciten.

Este banco también ha permitido identificar colecciones de variedades frutales autóctonas, como las de higuera, tunera, manzano o peral, que se han establecido en la Granja Agrícola Experimental de Cardones, en el municipio de Arucas, y en otras fincas.

Desde este laboratorio de la biodiversidad vegetal y agraria de Gran Canaria también se ha procedido a identificar, conservar y poner en valor el trigo de la isla, un cereal esencial en la economía tradicional y en la costumbres alimentarias locales, ya que suministra un alimento tan básico como es el pan.

Fruto de esta acción se han recogido muestras de prácticamente todos los trigos que se siguen cultivando en la isla por parte de unos 80 agricultores, de los que, tras ser analizados en el Centro de Conservación de la Biodiversidad Agrícola, se han seleccionado 48 muestras atendiendo a tipología de la espiga y a la zona de origen.

El estudio de las peculiaridades morfológicas y agronómicas de estas muestras ha permitido determinar la presencia en Gran Canaria de al menos ocho tipos de trigo diferentes, con una mayor presencia de trigos rojos y de espiga compacta, y la existencia de un trigo negro, unas características que diferenciarían a la isla del resto del archipiélago.