Los carneros de Tigaday recorrieron una año más las calles del Valle del Golfo y, como es tradición, las fantasmagorías representaciones de la manada de carneros tiznó con betún las caras de todo aquel que decidió retarlos.

Más de cuarenta jóvenes de esta localidad herreña vestidos con el peculiar disfraz de carnero, compuesto por zaleas, cornamentas o máscaras recorren cada año las calles cercanas a Tigaday asustando y pintando a todo aquel que encuentran a su paso.

Niños, jóvenes, adultos, mujeres y hombres, nadie se resiste a su encuentro; un público multitudinario que asiste a este singular número carnavalero típico de El Hierro.

La Casa del Miedo, lugar donde se visten los disfraces ha vuelto a ser el punto de salida, sucesión de carreras, persecuciones, tintineo de cascabeles y caras y cuerpos tiznados.

Regocijo y expectación en una de las manifestaciones más esperadas del carnaval de El Hierro.

Tras concluir la fiesta, al anochecer la manada vuelva a reagruparse al toque de sus cascabeles, y después los jóvenes guardan sus zaleas hasta el próximo año, y algunos, los que en esta ocasión no se disfrazaron ya empiezan a preparar sus zaleas para el próximo carnaval en La Frontera.