Tras la celebración del día grande de La Bajada, el alcalde de El Pinar, Juan Miguel Padrón Brito, hace balance de la fiesta, de los dos años de su gobierno en pacto entre el PSOE y PP y de los efectos que tendrá la reforma de la ley de régimen local en la Corporación piñera, que, "aunque no hará que desaparezca, sí perjudicará a los ciudadanos".

¿Cómo ha vivido la Bajada por primera vez como alcalde?

La Bajada es una fiesta muy especial para cualquier habitante de El Hierro y haberla vivido como alcalde ha supuesto, además, una responsabilidad importante, representando a los vecinos. He estado encantado de vivir la fiesta más importante desde otra perspectiva y creo que ha sido un éxito de participación y de organización. La Bajada atrae a numerosos visitantes de otras Islas y de fuera. Son emigrantes herreños que vuelven a su casa para disfrutar con su familia de nuestra tradición más pura. Sin duda, el carácter acogedor del herreño, que rápidamente integra a los de fuera, facilita que su fiesta más importante se viva de manera intensa y con alegría, sin olvidar el fervor por nuestra querida Virgen de los Reyes.

¿Qué balance hace de estos dos años de gobierno municipal?

Sin duda, el balance está siendo positivo porque, tanto mi partido (PSOE) como el PP se han marcado como objetivo principal atender las necesidades y demandas de nuestros ciudadanos por encima de intereses partidistas. A veces, como es lógico, tenemos distintas maneras de afrontar las situaciones, pero, como somos personas responsables, lo hablamos y llegamos a acuerdos por el bien de El Pinar y sus ciudadanos. La situación económica y social actual es muy complicada, lo que nos obliga a ser responsables en la acción de gobierno y velar por el interés de nuestro pueblo. Estamos desarrollando un plan que incluye diversas pequeñas obras que puedan realizar las empresas del municipio y mejorar su economía. Además, preparamos distintas iniciativas que ayuden a dinamizar la economía local, tratando de fomentar la creación de empleo entre nuestros vecinos, aunque lo principal es dar respuesta a las demandas de los ciudadanos que lo están pasando mal debido a la situación actual.

¿Cuáles son los principales retos en los dos años que quedan?

Considero fundamental atender las necesidades de los ciudadanos, dando solución a situaciones familiares que, en algunos casos, son dramáticas. Después, creo prioritario la creación de empleo, que va ligado con lo anterior, ya que, si al menos el cabeza de familia tiene un puesto de trabajo, será más fácil afrontar el día a día del núcleo familiar. Además, esta creación de empleo nos permitirá que los jóvenes no tengan que abandonar la Isla en busca de un futuro mejor. El Hierro ha perdido 2.000 habitantes en los últimos años en busca de trabajo en el exterior y eso hay que evitarlo.

¿Cómo cree que afectará la reforma de la administración local a su ayuntamiento?

Nuestro equipo de gobierno está analizando los pasos que se están dando. De momento, solo es un anteproyecto de ley, pero las primeras informaciones resultan preocupantes, puesto que acabaría con numerosas competencias que los ayuntamientos tenemos asumidas y servicios que prestamos. La ley conllevará graves trastornos a la población, ya que supondría perder competencias sociales, y hay que recordar que los ayuntamientos somos la administración más cercana al ciudadano. No creo que esa reforma suponga la desaparición del municipio ni de su consistorio pero sí un perjuicio gravísimo en la atención al ciudadano de una forma más cercana y, por tanto, más eficaz.

¿Cómo ve las nuevas obligaciones de servicio público de la Comunidad para las conexiones marítimas de El Hierro?

Es lamentable el trato que el Gobierno de Canarias ha dado a la Isla con las conexiones marítimas. El barco es un elemento muy importante, no solo para el desplazamiento de las personas, sino para el transporte de mercancías. La limitación de conexiones ha provocado un encarecimiento de la lista de la compra de los herreños y la dificultad o imposibilidad de comercializar los productos locales en el resto del Archipiélago. Afortunadamente, todas las administraciones de El Hierro hemos estado de acuerdo en las reclamaciones, ya que hemos entendido que son una necesidad básica. La última propuesta del Gobierno realizada tras numerosas reclamaciones e, incluso, la no celebración del Día de Canarias en El Hierro no es del todo buena para la Isla, aunque sí mejor que la primera oferta, que en nada se ajustaba a los intereses de los ciudadanos. Aun así, deberemos seguir luchando por conseguir unas conexiones marítimas y aéreas que no aíslen más a El Hierro del resto.

¿Considera superados los efectos negativos que la crisis volcánica produjo en la economía?

Rotundamente no. Esa crisis ha hecho mucho daño a la imagen de la Isla en el exterior y a la economía local. En ella se cancelaron numerosas reservas turísticas que perjudicaron enormemente a los comercios y al sector servicios. Desde las administraciones, tenemos que trabajar para poner fin a esta situación dramática con campañas de promoción que ayuden a cambiar esa percepción de que hay peligro a consecuencia de una posible erupción volcánica. No existe riesgo para las personas, eso debe quedar claro".