Unos vecinos han encontrado el cadáver de un delfín moteado del Atlántico (Stenella frontalis) varado en una cala próxima a Majanicho, al norte de Fuerteventura, donde se enganchó a un palangre con grandes anzuelos, aparejo de pesca que le causó la muerte.

Así lo ha informado hoy en un comunicado el Cabildo de la isla, después de que el equipo del Instituto de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria haya confirmado la causa de la muerte tras realizar la necropsia al animal.

El grado de deterioro en el que se encontraba el cadáver, cuando fue encontrado, el pasado viernes, apunta a que llevaba varios días muerto cuando la marea lo depositó en la costa.

La consejera de Medio Ambiente del Cabildo de Fuerteventura, Natalia Évora, ha alertado del "peligro del uso indiscriminado de estas artes de pesca" y ha indicado que aunque en esta ocasión haya llegado a la playa el cadáver de un cetáceo enganchado en un gran anzuelo, "habrá otros animales que sufran sus consecuencias aunque no nos enteremos porque el palangre se lanza lejos de la costa".

Los delfines moteados se caracterizan porque son muy curiosos y confiados y suelen acompañar a las embarcaciones saltando junto a su proa.

Estos animales forman grupos numerosos de adultos con crías y juveniles, y a veces grupos de juveniles solos, aunque lo más frecuente son los grupos mixtos, ha indicado la consejera.

El delfín, de hábitos oceánicos, se suele avistar con preferencia a una profundidad de entre 600 y 900 metros y su alimentación está basada en peces y cefalópodos.

Estos animales se observan en Canarias con regularidad en todas las Islas y, aunque los avistamientos son muy frecuentes en invierno y primavera, pueden observarse durante todo el año.