c. rincón 66

tfe. rural 67

Clin. RincónAdrián Fuentes (-), Pablo Movilla (6), Jonathan Skjoldebrand (11), Mike Williams (17) y Paulao Prestes (10) -quinteto inicial- Rai López (3), Michal Chylinski (5), Ernesto Díaz (-), Vitor Faverani (14) y David Guardia (-).

Tenerife RuralEdu Sánchez (2), Julio González (17), Francis Sánchez (19), José Ángel Antelo (18) y Kiril Wachsmann (4) -quinteto inicial- Adrián Boccia (2), Pat Carroll (-), Christian Maraker (5) e Iván Rodríguez (-).

ÁrbitrosTerreros San Miguel y Martínez Prada. Eliminaron por cinco faltas personales al jugador del Clínicas Rincón Pablo Movilla (m.39).

Parciales23-17, 30-30 -descanso- 54-52 y 66-67 (final).

IncidenciasPabellón Torre de Benagalbón, ante unos 1.200 espectadores. El presidente del Tenerife Rural, José Miguel Martín Fernandez, y la consejera de Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias, Milagros Luis, presenciaron en directo el choque.

NACHO FELICIANO, Málaga

Coraje. Valor. Garra. Valentía. Implicación. Palabras tal vez demasiado abstractas para comenzar una crónica, pero que identifican de una manera casi irremplazable el espíritu de un equipo, el Tenerife Rural, que volvió a levantarse contra todas las adversidades (pérdida de su teórico "hombre franquicia" incluida) para dar una nueva lección de orgullo y, en un partido de auténtico infarto, derrotar al Clínicas Rincón, cerrar la eliminatoria y poner rumbo directo a la F4 de Fuenlabrada. El sueño de la ACB, a dos partidos. Como suena.

Los nervios se convirtieron en protagonistas en los primeros minutos del choque. Julio González, prologando su estado de gracia, y Skjoldebrand se convertían en los principales estiletes de ambos conjuntos, generando un intercambio de golpes que se traducía en igualdad (5-6). Sin embargo, el pecado ya cometido el martes de descuidar el rebote ofensivo volvía a castigar a los de Rafa Sanz, que encajaban un parcial de 5-0 que daba momentánea ventaja a los de Aurioles (12-8, m.5). Pese a ello, unos minutos de inspiración de un hipermotivado José Ángel Antelo permitían devolver la igualdad al luminoso, pese al desacierto desde más allá del 6''25 de los suyos. Un arreón final de los locales, ayudado por una serie de regalos en forma de faltas absurdas del Tenerife Rural, les permitió firmar un parcial de 8-0 y cerrar el primer período con una interesante renta (23-17).

Defensa en zona clave

El segundo período arrancó por derroteros muy diferentes. Una zona 1-3-1 planteada por Rafa Sanz, con Julio González actuando en ataque como "4" se le atragantaba de manera brutal a los malagueños y, pese a que los puntos blanquiazules caían con cuentagotas, reduciendo casi toda su producción a Francis Sánchez, el marcador volvía a girarse tras un parcial de 0-7 de salida (23-24, m.12). El Anarquía se empeñaba en fiar su suerte a su desacertado tiro exterior, pero el buen trabajo de Faverani y, una vez más, las segundas y terceras oportunidades de las que disponían en ataque los de Aurioles posibilitaron que ambos conjuntos se marcharan al descanso con máxima igualdad (30-30).

Tras el paso por vestuarios, el choque no varió su apariencia. Cada intento de cualquier jugador, llamárase Williams, Prestes (bastante más desaparecido que en el primer choque; mérito ineludible de la intensísima defensa puesta en práctica por Kiril Wachsmann), Sánchez o González de abrir un poco la brecha, encontraba la férrea oposición del resto de protagonistas. Sin embargo, los de Paco Aurioles conseguían encontrar en los lanzamientos exteriores de Williams la llave para abrir la defensa blanquiazul (51-45, m.28). Una nueva aparición de Julio González, sencillamente inconmensurable durante toda la serie, volvía a equilibrar las fuerzas y enviaba el partido a su último acto con todo por decidir (54-52).

El postrero cuarto llevó la tensión al máximo recomendado por cualquier cardiólogo honorable. El Tenerife Rural salía con la idea de cerrar el choque, algo que se intuía tras un parcial de 0-9 de salida (54-61, m.33). Sin embargo, el conjunto malagueño no arrojaba la toalla y, a base de tiros libres anotados por el sempiterno Mike Williams y el "náufrago" Skjoldebrand, conseguía entrar en el último minuto con todo por decidirse (65-66). Julio González no acertó con ninguno de los dos tiros libres de que dispuso para finiquitar la batalla, pero un rebote ofensivo casi milagroso del sueco Maraker les concedía una reválida a los de Rafa Sanz. El vikingo anotó sólo el primero de sus intentos y una dudosa falta de Adrián Boccia sobre Rai López mandó al joven base malagueño a la línea de 4,60 para forzar la prórroga. El segundo lanzamiento se estrelló con la parte frontal del aro y, durante un segundo que se hizo eterno en el Torre de Benagalbón, la pelea por el rebote se convirtió en el resumen de todo un partido y, si me apuran, de toda una temporada. Julio González, una vez más, le echo más casta que nadie y se hizo con el balón, concediéndole la victoria al Tenerife Rural y prolongando el merecido sueño ACB. A Fuenlabrada, a por todas frente a Los Barrios o Melilla.. El justo premio a la valentía y al coraje.