Dicen que los estados de ánimo pueden definirse como estados afectables variables relacionados con estímulos y emociones pasajeras. Se puede concluir que fue esta semana una de preocupación pasajera. Porque la derrota en Alicante había dado alas al Hércules y generó en la Isla un cambio en la pregunta que todos los aficionados se hacían hasta ese momento. Se pasó del ¿cuándo ascenderá el Tenerife? al no iremos a fallar ahora, ¿verdad? En dos horas, hemos vuelto donde estábamos hace nueve días, pero con dos jornadas menos para el final de la Liga.

Miedo inicial.- El margen de error desapareció como volvió. Casi sin tiempo para percatarse. Saltó al césped del Heliodoro tercero el conjunto de Oltra. Había ganado el Zaragoza 24 horas antes. Y las dudas eran muchas: qué pasaría si ganan Hércules y Rayo, si estarían bien de verdad Manolo y Ricardo, cómo respondería Sergio Aragoneses tras tantas semanas de inactividad... Salió bien el rival y llegó el miedo. Se retiró lesionado Manolo... y más miedo. Al Heliodoro, de los nervios, le costaba animar. Hasta el árbitro parecía acompañar el guión de los pesimistas.

La pegada, clave.- Todo se disipó cuando llegaron los goles. Esta vez no hubo tanto fútbol como otras veces. No se vio el vistoso juego que acompaña al Tenerife esta temporada. Bastó con su pegada. Mientras el Alavés disputaba una honrosa primera parte, en la que tuvo mucho balón aunque le faltaron ocasiones reales de peligro, el equipo insular acertó a la primera. Balón colgado, Nino lo disputa con Almirón y Alfaro no falla en el rechace resultante. Las cosas comenzaron a verse de otra manera. Hasta el Hércules arrancó los aplausos de la grada... con su tropiezo en Huesca, claro. Casi de la nada llegó la asistencia de Richi a Nino y, más tarde, con la obra de arte en forma de gol de Marc Bertrán. Y entonces regresó la euforia. Apareció la ola, se oyó de nuevo el "a Primera oé" y hasta el Rayo se unió a la fiesta tropezando en casa ante el Elche. Otra vez cuatro puntos de margen sobre el cuarto y siete sobre los rayistas.

Advertencia.- Claro que, de esta semana, debería quedarnos una lección. Y Oltra se encargó de recordarlo en la sala de prensa. No hay motivo para festejar, salvo la victoria y un nuevo paso adelante. Pero ni el partido de Sevilla de la próxima semana está ganado ni el ascenso resuelto a falta de la fecha.