Dos coronas en cinco finales. Ese es el bagaje que presenta el Barça en la máxima competición continental, donde ha tenido cinco posibilidades de convertirse en el mejor equipo europeo y finalmente alzó la Copa en 1992 y en 2006. La historia de los azulgrana en la final de la antigua Copa de Europa, hoy Liga de Campeones, nació el 31 de mayo de 1961, en el antiguo Wankdorf de Berna, donde vivió uno de sus días más tristes ante el Benfica. Cuatro balones estrellados en los postes, un gol en propia puerta y un disparo salvado bajo palos con la mano por un defensa portugués. Una derrota cruel por 3-2, el último día que los postes de las porterías dejaron de ser cuadrados para ser cilíndricos. La maldición continuó en su segunda cita con la historia (1985-86). Esta vez, el Barça con todo a su favor: en Sevilla y frente a un rival, en teoría menor, como el Steaua de Bucarest. Empate sin goles al término del partido y la prórroga. Schuster sustituido por Moratalla y la emergente figura del meta Duckadam, que repelió los cuatro tiros desde el punto de penalty. Seis años después, la suerte de los azulgrana cambió y en el mejor de los escenarios, en el antiguo Wembley, se coronó el Barça de Johan Cruyff. Un tanto de Ronald Koeman, en el minuto 111, elevó a los cielos a aquel equipo, que levantó su primera "orejona". No hubo que esperar mucho tiempo para que los catalanes volvieran a disputar una final. Fue en 1994, en Atenas y ante el Milán de Fabio Capello, que destrozó a los azulgrana por un contundente 4-0. La quinta final llegó en la temporada 2005-06. Los barcelonistas se midieron al Arsenal londinense. Thierry Henry lideró el ataque de los "gunners", pero el Barça le dio la vuelta a la situación en los minutos finales con tantos de Samuel Eto'o y Juliano Belletti. El Barça levantó su segunda Copa de Europa.