Los debates de los días previos al partido de ayer acerca de la conveniencia de devolver a la titularidad a Sergio Aragoneses no surgieron por capricho. Hasta el entrenador, José Luis Oltra, se había planteado el cambio. De hecho, al final se decantó por sacar del "once" a Luis García y apostar por el portero pontevedrés, que no competía desde el 1 de marzo. Dos días más tarde, quedó hospitalizado por una pancreatitis que lo mantuvo dos meses de baja.

A la finalización del partido con el Alavés, Sergio se pasó por la sala de prensa del estadio Heliodoro Rodríguez López. Sonriente, tranquilo, orgulloso de haber reaparecido exhibiendo su mejor versión, como si nada hubiera pasado, el guardameta compartió sus sensaciones. Aseguró que no notó la "inactividad" y que se encontró "muy a gusto" gracias al "apoyo" de sus compañeros y de los aficionados, que le dieron la bienvenida con una calurosa ovación. El cancerbero calificó de "ejemplar" el comportamiento del público y confesó que el recibimiento que le dispensó lo "emocionó" y le dio "más ganas de seguir trabajando".

Asimismo, Aragoneses recordó que el proceso de recuperación que tuvo que completar hasta retornar a las convocatorias y, por último, participar ayer, fue "bastante duro", pero apuntó que el esfuerzo realizado tuvo su "recompensa". También dedicó algunas palabras a su compañero Luis García, que "lo estaba haciendo bien" y que de-mostró que en el Tenerife "todos" están "capacitados para jugar".

Por otra parte, del encuentro con el Alavés contó que el rival se jugaba en la Isla parte de sus "opciones de permanencia" en la categoría y comenzó mejor que el Tenerife, que supo "aguantar el tipo" y que lo tuvo todo "más fácil a raíz del primer gol". Con vistas al siguiente compromiso de Liga, el que va a medir al representativo con el Sevilla Atlético, advirtió de que "cualquier adversario puede ser peligroso", así que manifestó que no se fía del filial hispalense.