Con un 4-4 que deja la ventaja de Güímar en 7 riñas, concluyó la temporada tinerfeña. Hubo mucho público, con voladores al final. De nuevo una de las peleas superó los 15 minutos, pero al menos se vieron unas tres o cuatro buenas riñas.

En la clasificación de casteadores, Gonzalo Alberto, con una temporada sensacional, sumó 24 puntos, contando con varios gallos de 8 riñas entre la del año pasado y este. Buenos gallos tuvieron también Chicho y Mederos, Peña Las Galletas y Gilberto Díaz. La Espuela se lució en la primera vuelta con los gallos de Peña Faje, que logró 14 puntos después de haber llegado a 20. Si le sumamos los 14 de la otra contrata, aunque esa careciera del nivel de esta, se nos pone en 28. Vicente Sosa, Miguel Lorenzo y Jaime Almenara nos brindaron también algunos excelentes gallitos. El más rápido lo tuvieron Chicho y Mederos.

Por Güímar, los casteadores de la jornada fueron los mismos Chicho y Mederos, que últimamente han peleado muy buenos gallos. Su retinto de la primera le dio además el alirón a Güímar (2:19), mientras que el colorado de la séptima sacó también a su contrario saltando (4:53). Ambos tenían, además, una riña. El otro gallo destacado por Güímar fue el melado, también de una riña, de Peña Las Galletas (8:10).

Por La Espuela fueron los mejores un melado de Peña Gallardete (9:10) y un retinto de Peña La Charca (3:30). El fino melado de dos riñas de Vicente Sosa no ganó por quedarse sin batida. Tampoco estaba para ganar su contrario, pero como Güímar, que ya no se jugaba nada, no accedía a la tabla, La Espuela les dio una lección al entregarles la pelea, que no merecían ganar (14:00).

Deportividad

Correspondió también al cuidador de La Espuela el premio de la jornada a la deportividad, al felicitar a Güímar por su triunfo, pese a todos los conflictos que ha habido. En torno a esto, un aficionado de los que sólo se dirigen a nosotros para criticarnos, se quejaba por haber dicho en la crónica anterior que la penalización a Güímar por sus espuelas de plástico había sido escasa, pese a que dábamos nuestras razones: esas espuelas fueron usadas a lo largo de muchas jornadas, y ya que así se nos apura el gallo iremos más lejos al afirmar que para nosotros esta temporada ha quedado anulada, por mucho que la penalización no haya sido sino la que correspondía por la contrata. No gana quien no lo hace limpiamente.

Campeones de la temporada fueron -aparte, oficialmente, Güímar en Tenerife-, El Volcán en Lanzarote, Telde en Gran Canaria, la Guerra en Santa Cruz de La Palma y Tazacorte en la Banda, sin olvidar a San Miguel, La Choza, El Paso y La Guancha.

Y ahora, si acaso, hasta la próxima temporada. Lo que queda -campeonatos de casteadores de todo tipo, incluida la parodia de Campeonato Regional- carece de la entidad suficiente como para que el esfuerzo y los sinsabores que nos da escribir, y por simple amor al arte, se vean compensados. Es con una nota malhumorada como termino pues los comentarios de esta temporada, sin dejar de referirme a la otra contrata tinerfeña, en que se vio a un partido histórico ponerse al servicio de lo que no se sabe si es una gallera o un casteador, ya que aparece como una u otra cosa según le convenga. Mal van los gallos en Tenerife, con tanta prepotencia y con tanta ceguera, aparte el declive generalizado de sus componentes tradicionales. Aguardemos -sin duda ilusamente- por el golpe de timón a que aludíamos en la crónica anterior.