Aún disfruta del sabor de haber alcanzado la gloria, pero Gabriel Campillo no se conforma. Después de ceñirse el cinturón de campeón del mundo del peso semipesado de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) tras doblegar en Argentina al local Hugo Hernán Garay, el púgil madrileño ya piensa en defender su corona universal para dar más pasos hacia arriba en una carrera que, en cierto modo, empezó cuando logró el título de campeón de España en diciembre de 2006 en Santa Cruz de Tenerife frente a Juan Nelongo "Howard".

Campillo, que reconoce que el boxeo español no atraviesa, ni de lejos, su mejor momento, es el undécimo campeón mundial que ofrece toda la historia del pugilismo nacional. El zurdo vallecano quiere seguir sumando noches de gloria y espera poder volver a boxear en el lugar donde comenzó todo para él: Tenerife.

Aunque ya tuviera diez peleas como profesional cuando hizo el título de España con Nelongo, ¿todo empezó en Tenerife?

De alguna forma sí. Esa fue la pelea que me demostró a mí mismo y le demostró a todo el mundo que yo empezaba a estar preparado para hacer cosas importantes. Vencí a un boxeador de gran nivel, que había peleado con lo mejor de Europa haciendo siempre grandes papeles y eso confirmó que yo iba a estar a la altura de las grandes peleas. Fue una alegría y una gran dosis de moral para mí.

¿Qué recuerda de aquella pelea, del ambiente, de la gente?

Recuerdo el trato de la gente de Tenerife que desde antes de la pelea me hizo sentir como si estuviera en casa por su amabilidad y hospitalidad. Después de la pelea hubo una gran deportividad reconociendo sin ningún problema mi victoria. Pase allí unos días inolvidables. De la pelea me acuerdo que fue la primera de muchas que vinieron después en la que sentí desde el primer asalto que iba a ganar, ya que me encontraba en un estado de forma en el que sabía que, tuviera lo que tuviera el rival, yo tenía algo más.

Aquel fue el primer paso, luego llegó la defensa del título nacional ante el propio Nelongo y la primera derrota, en Ucrania con un Uzelkov que no demostró tener más boxeo pero sí que era mucho más fuerte

Bueno, la pelea de Ucrania la hicimos porque había que hacerla. Era una gran oportunidad, pero fue un error. Fue en septiembre, yo justo había llegado de vacaciones, sin entrenar, y nos dieron la noticia con una semana de tiempo. Nos la jugamos y aceptamos, pero el resultado fue muy negativo. Tuve que hacer locuras para dar el peso y cuando subí al ring estaba vacío, me dolía todo lo que me lanzaba Uzelkov. Me dolía hasta cuando fallaba. Aún así le aguanté seis asaltos y no iba haciendo mala pelea. Creo que hoy por hoy y bien preparado le gano y puede que tengamos ocasión de comprobarlo.

Entonces llegó el cambio. ¿Ha sido clave su fichaje por el equipo de Sánchez Atocha para iniciar un nuevo camino?

Sí, absolutamente. Yo ya había cerrado un ciclo con mi anterior preparador, Miguel Sánchez, que me había enseñado cuanto sabía de boxeo. Necesitaba alguien con quien seguir progresando y ese es Ricardo. Es una persona capaz de sacar todo lo que un boxeador lleva dentro, tanto física como mentalmente. Te aprieta hasta el límite y cuando llegas al límite te sigue apretando, siempre quiere más. Eso es lo que me ha hecho crecer como boxeador.

¿Y lo de bajar un peso para ajustarse mejor a sus características? ¿Cómo fue esa transición del semipesado al supermedio? En ese peso llegó su primer éxito internacional, el título de la Unión Europea, en Dinamarca, ante Lolenga Mock.

Yo siempre había dado el peso semipesado con bastante facilidad y cuando empecé con Ricardo me dijo que ese no era mi peso. La verdad es que rebajar tres kilos apenas fue un esfuerzo y me he podido ajustar bien por lo que todo el esfuerzo ha ido dando su fruto.

Otra cita importante en su carrera fue la pelea con título europeo por medio frente a Karo Murat, también en el peso supermedio. ¿Hasta ese entonces no había tenido la sensación de bajarse del ring sin algo que le pertenecía?

Realmente fue un día muy duro para mí. Hasta que no te pasa algo así en tus propias carnes no puedes saber lo que se siente, la rabia, la frustración, la impotencia... Había soñado con ese título durante mucho tiempo, años quizá. Lo gané en el ring y unos personajes que se hacen llamar jueces me lo robaron, no se con que fin, supongo que con algún tipo de interés. Esa es la lacra del boxeo.

Pero lejos de bajar los brazos volvió a la carga, más fuerte que nunca y sale la oportunidad de hacer un campeonato del mundo, aunque para ello hubiera que volver al punto de partida, el peso semipesado...

Pues igual que pasó en Ucrania era una oportunidad que no podíamos dejar pasar, pero esta vez mi estado de preparación fue óptimo. Y cuando un boxeador está tan fuerte como yo llegué a Argentina realmente no es tan importante tres kilos arriba o abajo. Trabajamos duro a nivel físico para ganar algo de masa muscular y no sentí el cambio de categoría.

Garay le había arrebatado el título al alemán Bramher y Campillo le pagó con la misma moneda al argentino con la dificultad que eso entraña...

Era complicado que nos diesen una decisión favorable en Argentina contra un campeón argentino, pero los jueces, correctos.

En Argentina pudieron ver la versión más madura de Gabriel Campillo, pero lo mejor puede estar aún por llegar...

No me cabe duda, ni a mí ni a mi preparador Ricardo Sánchez Atocha. Todavía tengo que crecer bastante más como boxeador, fundamentalmente a nivel físico y de experiencia. Con el tiempo voy ganando seguridad y contundencia, y esto tiene que seguir así.

Tras la retirada de Javier Castillejo, por resultados, Gabriel Campillo es ahora el estandarte del boxeo español. ¿Acepta esa responsabilidad?

Para mí es un privilegio coger el relevo de Javier Castillejo siendo el primer español que, tras su retirada, gana otra vez el título mundial. Pero quiero recordar que en España hay grandes boxeadores que, sin duda, están listos ya para seguir dando grandes alegrías a la afición, que tampoco es poca. Gente como Petr Petrov, "Chupete" Melero, Óscar Sánchez, Kilo Martínez, Jesús García y muchos más, que sólo necesitan apoyo de los medios y una oportunidad para demostrar que son grandes deportistas a nivel europeo y mundial. Por desgracia en España, muchas veces, no sabemos o no valoramos lo que tenemos.

El panorama nacional está maltrecho, hay muchos y buenos boxeadores sin oportunidades para hacer grandes cosas?

Desgraciadamente y por la falta de apoyo mediático que padecemos en este mundillo hay mucha gente de altísimo nivel que está desaprovechada, que no tiene las oportunidades que merecen. Ojalá los éxitos que algunos estamos consiguiendo puedan ayudar a mejorar esta situación.

¿Ha surgido ya alguna posibilidad de defender el título? ¿Seguirá boxeando dentro del peso semipesado o buscará nuevas opciones en el supermedio?

Tenemos un título mundial en el semipesado y es el que vamos a rentabilizar cuanto podamos. Es posible que se haga una defensa antes de acabar el verano. Lo que sí me gustaría es volver a boxear en Tenerife, donde el boxeo se vive como en pocos lados.