Una amplia sonrisa adornaba el rostro de un Marc Bertrán que ayer volvió a la Isla con una fuerza y optimismo inusitados, si se piensa en que debe enfrentarse a un largo proceso de recuperación por la rotura del pilón tibial de la pierna derecha: "Estoy muy animado. Esto es un contratiempo importante, pero tengo muchas ganas de volver y lo voy a tomar como un problemilla", dijo.

Merecía la roja.- Marc no hizo público su parecer sobre la no injerencia del Comité de Competición en el asunto de su lesión -decidió no actuar de oficio para sancionar a Drenthe-. Eso sí, no dudó en reconocer que el castigo de Muñiz Fernández, el árbitro del encuentro, al defensa madridista -sólo lo amonestó- fue tibio: "Es una entrada muy dura que, en ese momento, merecía, como mínimo, la tarjeta roja", admitió. En cualquier caso, el catalán no dio ni el más mínimo indicio de guardarle rencor a Drenthe por el asunto: "Fue una acción fuerte y pasó lo que pasó, pero hay que mi-rar hacia delante y estar tranquilo".

Mimado.- Lo más bonito de la difícil situación que le ha tocado vivir, fueron las llamadas y mensajes que ha recibido esta semana: "Han sido los dos o tres días en que más apoyo he recibido en mi vida. Es de lo poco positivo que puedo sacar de esta experiencia", confesó, para luego añadir que tantas muestras de cariño "suben el ánimo y reconfortan mucho" en sus circunstancias.

Su vuelta.- Bertrán deberá guardar reposo durante dos semanas más. Y aunque podía haberse quedado en Barcelona junto a su familia, decidió volver a Tenerife para poder estar cerca de sus compañeros "y ayudar en lo que pueda al equipo".

El doctor.- El jefe de los servicios médicos del Tenerife, Juan José Valencia, confirmó que Marc visitará en tres semanas al doctor Pedro Guillén para ser valorado nuevamente, al tiempo que aseguró que será imposible que puedan acortarse los plazos de recuperación que se han establecido: "Hay que ir con cautela, y si no hay ninguna complicación en el proceso, estará cuatro o cinco meses de baja", explicó.