ES DE ESOS PARTIDOS que esperábamos que llegasen. El enfrentamiento de ayer entre el Socas Canarias y el CAI Zaragoza tenía la garantía de un fenomenal ambiente en la grada, con un lleno asegurado, y quedaba por comprobar si los de Alejandro Martínez mostraban esa capacidad para, al menos como local, echar un pulso competitivo al principal candidato al ascenso. ¡Vaya que si lo hizo!

El CAI venía con jugadores lesionados y, aún así, evidenció una plantilla que sonroja para estos tiempos de crisis que corren y las dificultades que tienen casi todos de encontrar recursos.

Al descanso el desequilibrio más notable estaba en el juego interior. Curiosamente donde el Socas Canarias presume de tener una pareja de garantías con Richi y Jakim. En el perímetro los porcentajes fueron bastante buenos pero también los visitantes exhibían su mejor artillería.

La demanda mayor de exigencia para los aurinegros, al margen de mejorar los números en los rebotes, entendíamos que estaba en aumentar la agresividad defensiva. Se mostraba algo blando en los contactos y con poco riesgo en los desplazamientos.

En la segunda parte los números de la pareja interior del Socas Canarias cambiaron radicalmente y, junto a la aportación colosal de Levi Rost, desequilibraron un encuentro que tuvo como valor añadido algunos errores en las rotaciones de los jugadores del CAI Zaragoza.

El Socas Canarias demostró anoche que su feudo vuelve a ser lo inexpugnable que fue hasta hace dos temporadas, que tiene una plantilla muy competitiva y que su potencial clasificatorio es estar con los mejores.

Mirando hacia el Tenerife Rural, se multiplican las preocupaciones. Nueva derrota con escasa oposición. Muy pobre aportación de jugadores llamados a sumar bastante más para el equipo. Por si faltaba algo de gasolina, declaraciones postpartido que urgen respuesta activa.

*EntrenadorSuperior de Baloncesto