Probablemente, el integrante del Tenerife que mejor conoce una de las claves del éxito del Barcelona, su política de cantera, juega en el filial y se llama Julio de Dios. De hecho, debe gran parte de su formación a su trayectoria en la base del equipo azulgrana, en la que coincidió, entre otros, con los tinerfeños Pedro Rodríguez Ledesma y Jeffren Suárez y con Bojan Krkic.

Entre sus planes para el fin de semana que viene tiene prioridad acudir al Heliodoro para disfrutar del "lujo" de ver en directo a dos de sus ídolos, Xavi e Iniesta, y así poder "captar cosas en directo". A pesar de su pasado azulgrana, no duda en el momento de expresar su deseo que ganen los de Oltra, por muchos amigos que tenga en el rival. "El Tenerife es el club donde estoy y quiero su triunfo".

Igualmente tendrá la oportunidad de comprobar el excelente estado de forma de Pedrito, con el que mantiene una buena relación. "Hablo bastante con él y para mí es amigo, ya que en el fútbol hay conocidos y amigos. Su carrera es un orgullo para Tenerife y Canarias", contó Julio, que formó parte de la generación de juveniles de 1987 del Barcelona que se proclamó campeona de Copa y Liga. "A partir de ahí nos separaron y se perdió la esencia de aquel grupo", confiesa con orgullo sobre los éxitos logrados en el curso 2004/05.

Después de esa temporada, De Dios siguió escalando peldaños en las categorías del club catalán, pero las lesiones le impidieron pasar del primer filial, en el que era titular. "Me dieron un pelotazo en un entrenamiento que me causó un desprendimiento de retina. Es lo peor que he tenido. Todavía noto que he perdido algo de visión. Estuve mucho tiempo parado y cuando volví, sufrí una lesión de rodilla que me hizo estar tres meses de baja. No encadenaba partidos y fue difícil subir al primer equipo".

En cualquier caso, el centrocampista linarense, que no llegó a trabajar a las órdenes de Guardiola, sólo tiene "buenas palabras" para describir su experiencia en el Barcelona, porque fue ahí, desde los 13 a los 20 años, donde aprendió "todo" lo que sabe del fútbol y vivió "lo mejor" que le pudo pasar. "El trato que tienen allí no lo tiene ningún equipo en España. Son muy pacientes con la cantera".

Profundizando más en las ventajas de ser alumno de la escuela azulgrana, puso de relieve la emblemática residencia de La Masía. "Es una casa muy grande y antigua en la que solíamos comer y estudiar, además de pasar la tarde. Pero realmente dormíamos en el Camp Nou, donde hicieron unos pisitos con habitaciones para tres ocupantes y que está a unos 40 metros de La Masía. A veces nos despertaban los del primer equipo dando pelotazos. Se les podía ver entrenar desde los cuartos y era algo alucinante. Con 13 años me asomaba a la ventana y ahí estaban Kluivert, Rivaldo...".

¿Y cómo llegó un niño de un pueblo pequeño de Jaén como Jabalquinto al Barcelona? Un día, mientras participaba en un torneo de selecciones de las provincias andaluzas, "Tarzán" Migueli, ex defensa barcelonista, se fijó en Julio y aconsejó su incorporación al infantil azulgrana. Consciente de que esa ocasión podía ser única, decidió marcharse de forma tan prematura de la casa de sus padres y empezar a vivir en La Masía. Casi una década después el destino lo llevó a Tenerife, donde espera dar el salto al fútbol profesional.