Ezequiel Luna mostraba la frustración que sentía el vestuario del Tenerife al final del partido. Dijo que sentía "mucha tristeza por el resultado". Estaba molesto: "No me gusta perder y menos con una goleada. Pero lo que más duele es que haya sido en casa", comentó. El central aún le daba vueltas en su cabeza al gran nivel de juego que exhibió el equipo hasta encajar el primer gol, gracias al cual tuvo oportunidades para poner a su favor el marcador: "Es algo increíble", decía como sin creerse lo que había sucedido. "Si uno se pone a pensar en el partido, hubo millones de situaciones, empezamos muy bien con tres ocasiones clarísimas. Pero con la clase de jugadores que tienen no te perdonan", reconoció. Eso sí, de paso dejó claro que los tres primeros tantos de la escuadra de Guardiola fueron, a su juicio, "virtud de ellos porque estuvimos bien, los apretamos" hasta entonces.

En este sentido, Ezequiel reveló que "en el descanso el entrenador fue muy claro". Al parecer Oltra los felicitó, a pesar del resultado adverso por "lo que habíamos hecho. Por salir, apretar, tratar bien el balón", pues tenía en cuenta que estaban enfrentándose a "un equipo con jugadores muy buenos que no te perdonan".

Ezequiel no escondió que en la segunda parte el Tenerife no mantuvo el nivel de juego de la primera. Y explicó la causa: "Creo que es muy difícil hacerlo. Uno intenta salir de la mejor manera sabiendo que tienes un Barcelona delante. Pero con 0-3 parece que tuvieras todo en contra, que te pesan las piernas, que no llegas...". Aún así se esmeró en defender tanto su trabajo como el de sus compañeros: "Intentamos darlo todo por la gente y creo que estuvimos muy bien", destacó. Como resignado, Luna ensalzaba las virtudes de los jugadores culés: "Así son los cracks. Parece que no están y de repente, pum... No les puedes dar ni medio segundo. Ahí te demuestran lo que hacen", dijo.

Ezequiel también contó qué le ocurrió para acabar introduciendo en la meta de Sergio el remate de Pedro que supuso el quinto gol del Barça: "Llegué con desesperación para cortar y la toqué pensando que a lo mejor Sergio no salía y lamentablemente entró", dijo.

Pese a todo lo anterior, se esforzó el argentino en mostrar optimismo: "Esto es fútbol. Uno tiene que salir con la cabeza alta. Hay que trabajar esta semana y pensar en el Almería", indicó. Su consuelo, como el del resto del plantel, era que "no hemos entrado en descenso". Aunque también era consciente de la necesidad de "borrar lo sucedido y pensar en el Almería", un partido que hay que ganar: "Tenemos que levantarnos sea como sea. Esto sigue, no murió nadie y debemos mejorar cosas", afirmó al respecto.