BIEN sabemos que desde el año de 1939 hasta entrado el de 1945, la situación económica en el archipiélago fue dura. A la escasez de todo tipo de materiales, se le añadió la imposibilidad de importar productos, aunque, con raras excepciones y bajo un carácter especial, se permitía su compra en el exterior.

Los vehículos fueron los que más sufrieron las restricciones de esta índole, pero a pesar de todo ello se dieron diversos casos, que aún hoy en día nos llaman poderosamente la atención, más que nada por el complicado trámite administrativo a que eran sometidas estas importaciones y, a pesar de ello, lograron solventarlas y lucir en sus defensas las siglas de TF.

Varios fueron los ejemplares que bajo estas condiciones arribaron a Tenerife deslumbrando a sus compañeros europeos con impresionantes cromados, llamativos colores y, sobre todo, sus espectaculares carrocerías. Nos estamos refiriendo a aquellos coches a los que se les vino a llamar "haigas", o lo que es lo mismo, los originarios de Estados Unidos. Las marcas yanquis no eran desconocidas para el usuario canario puesto que desde los inicios del siglo XX ya se encontraban rodando entre nosotros.

En 1925 salen al mercado los "Chrysler", marca fundada ese mismo año por Walter Chrysler y pronto su expansión por el mundo fue una realidad. En 1928 en Tenerife su distribución estaba atendida por "Ascanio y Compañía" con domicilio en la calle José Murphy 2, y desde entonces las ventas de "Chrysler", sin ser numerosas, sí que pueden catalogarse de constantes. Dando un salto en el tiempo nos situamos en 1956, año en que se comienza a respirar una cierta mejoría en el comercio, con ello la llegada de nuevos "Chrysler", que, por el número de unidades matriculadas, podemos decir que esa anualidad para la marca yanqui representó una "buena camada" y de la que estamos sorprendidos aún hoy en día. La lista se inicia el 4 de julio de 1956 con un elegante modelo Windsor sedan 4 puertas con motor V-8, al que la Jefatura de Obras Públicas lo señala con la TF-10103. Sin amedrentarse lo más mínimo, la lista continúa creciendo y es así como el día 12 de julio de 1957 otro ejemplar de esta marca es inscrito con la TF-11140. En los primeros meses de 1957 llegaba a Tenerife un modelo Windsor de Luxe de 6 cilindros en calidad de usado y al que, una vez despachado en aduanas y declarar un valor de 2.000 dólares, se le concede el día 21 de agosto la numeración TF-11245, siendo su primer propietario e importador Jesús Pérez Martell, con residencia en Icod de los Vinos.

Aún en 1959 la lista de "nuevos" "Chrysler" continúa activa, puesto que el día 7 de septiembre se procede por el ayudante del ingeniero José María de la Vega Articah a efectuar el preceptivo reconocimiento técnico de un modelo de 1939, carrozado en sedan 4 puertas con motor de 6 cilindros de 22,5 hp, del que sale "aprobado", siéndole concedida la matrícula TF-13619 el 28 de septiembre de ese mismo año. En este caso el costo declarado en aduanas fue de 30.000,00 pesetas y Lars Johan Eriksson, con domicilio en Villa Benítez, se convirtió en propietario e importador de este "Chrysler".

Resulta anacrónico que de todos estos "haigas" -más robustos y recientes que los ejemplares de los años 1920- sólo el TF-10103 haya sobrevivido a los tres restantes. De los demás "Chrysler" de los años 1950 carecemos de información.