CUANDO MARC se vio obligado a salir del equipo, el Tenerife aún no había identificado la mayor parte de los problemas que han definido su primera vuelta. Eso ocurrió en la quinta jornada de Liga, a la que el equipo llegó con dos victorias y dos derrotas. Todavía no había síndrome de perdedor a domicilio, ni se detectaba la urgente necesidad de refuerzos que ahora preside la actualidad blanquiazul. Marc se fue del campo lesionado con 0-0 cuando el Bernabéu estaba viendo cómo un muy buen Tenerife le había quitado la pelota al Madrid...

Desde entonces hasta ahora se han enquistado las carencias y se han tambaleado varios de los valores que este equipo tenía consolidados de la pasada temporada. Con el paso de las jornadas todo ha empeorado un poco en el Tenerife. Es inútil e imposible de precisar qué grado de influencia ha tenido en eso la ausencia de un jugador tan carismático como Bertrán. Tal vez, por fortuna, lo podamos ir midiendo de ahora en adelante. Porque la realidad es que la entrada del defensa en el once de Oltra produce sensaciones terapéuticas de gran calado. Con él se rearma por completo el equipo del ascenso. Con eso está todo dicho. Saldrá ganando el funcionamiento ofensivo, que va a rescatar su amplitud, la diversidad de recursos y la posibilidad de llegar a la frontal del área con un elemento más. Saldrá ganando también Juanlu o quien caiga por la zona diestra del ataque, porque Marc alimenta a su socio de banda y le da soluciones. Y saldrá ganando, finalmente, la depauperada línea de cuatro defensas, que recupera a su mejor especialista y encuentra en la presencia del "2" un apoyo para la confianza.

Los médicos tienen la teoría de que un jugador que sale de una lesión traumática en una articulación tiene dos plazos: uno para volver a jugar y otro, más avanzado, para ser el mismo que fue. No sé cuándo cumplirá Marc el segundo, pero ya es una maravillosa noticia el hecho de que haya cubierto el primero.