Cuando ayer se le preguntó a Nino hasta qué punto le resultaría especial marcar contra el Real Madrid, el punta respondió con frialdad: "Un gol es un gol sea el rival que sea", dijo. El almeriense piensa que un futbolista profesional no debe dejarse llevar por los sentimientos que embargarían a cualquier aficionado. Y lleva tal convicción al extremo. Para muchos jugadores citas como las del sábado serían muy especiales; sin embargo, para Nino no. Y eso que en su familia hay mayoría de aficionados del club blanco, y él mismo jugó durante dos cursos en las categorías inferiores del Real Madrid.

Juan Francisco Martínez Modesto -al tratarse de un canterano no aparece con su apodo en los documentos de esa época- dejó su tierra, Almería, con 15 años para hacer frente al mejor reto que se le puede presentar a cualquier aspirante a futbolista profesional: acabar su formación en la cadena de filiales de un club como el del paseo de Concha Espina. El punta pasó a formar parte del equipo cadete, junto a muchas de las grandes promesas del universo futbolístico de la época. Entre ellas, destacaba un habilidoso portero llamado Iker Casillas. A Nino no le fue mal. Demostró su talento y confirmó su innegable olfato para el gol. El propio Casillas lo sufrió en los entrenamientos. Sin embargo, tras su segunda campaña ya en edad juvenil, el Real Madrid se planteó cederlo. La idea no le gustó demasiado, según ha contado él mismo. Entonces surgió el interés del Elche, que le daba la oportunidad de jugar en Segunda B. Nino aceptó la propuesta y abandonó la casa blanca. Tras mucho caminar, 12 años después de vestir por última vez la camiseta del Real Madrid, Nino volverá a reencontrarse con ese club al que entró con la ilusión de convertirse en galáctico. La de este sábado será la segunda ocasión en su carrera que se enfrente al Real Madrid -el primero fue el del Bernabéu de este curso, pues con el Levante no jugó ninguno de los dos partidos de Liga-. Consciente de la necesidad de sumar puntos que tiene el Tenerife, Nino afronta con la máxima ambición el duelo ante los de Pellegrini. Dice que la fórmula para ganar es jugar todo el partido con la misma intensidad que en los primeros 30 minutos ante el Barcelona e "intentar aprovechar las ocasiones para meter goles". Su mente no abandona la idea de que "le hicimos daño al Barça". Lo que ocurrió fue que "no lo aprovechamos y nos mataron". Este sábado promete hacer lo posible por no fallar como no lo hacía ante Casillas cuando pertenecían al cadete del Real Madrid.