Los Tenerife-Real Madrid dejaron de ser un partido más en 1992 y 1993, en aquellos históricos desenlaces del campeonato en el Heliodoro que dejaron, para beneficio del Barcelona, al club blanco sin título y al blanquiazul como ejemplo a seguir para cualquier equipo modesto, no sólo por la hazaña de derribar a un grande, en la primera temporada, sino por repetir con el premio de entrar en Europa. Los protagonistas de las citadas gestas mantienen muy vivo el recuerdo de lo que pasó hace casi veinte años.

Rafael Berges tuvo el privilegio de participar en los dos choques. Desde su Córdoba natal comentó ayer que "aquellos dos partidos marcaron la historia del club y con ellos dimos a la gente una gran alegría, sobre todo en el segundo año, porque nos clasificamos para jugar la Copa de la UEFA. Ahí hubo un antes y un después para el Tenerife en la España futbolística. Tengo grabados los dos partidos y todavía los veo de vez en cuando".

Antonio Mata también intervino de inicio en ambos duelos. El ex defensa tiene muy presente que "el primer partido lo perdieron ellos, porque tenían una ventaja de dos goles y en su intento de mantener el resultado cometieron errores, como el del pase de Sanchís a Buyo que supo aprovechar Pier, pero el de la temporada posterior sí fue un triunfo bastante claro en el que salimos a dominar y a ganar, porque necesitábamos los puntos para poder jugar en Europa".

Al igual que Berges y Mata, el onubense Chano contó para Jorge Valdano en los dos onces titulares. Sebastián Cruzado explicó ayer, en Radio El Día, que "parecía imposible que se pudiera repetir el mismo final de Liga, y cuando salió el calendario se empezó a especular con un desenlace idéntico, y así fue. En el primer partido me llamó la atención que los jugadores del Madrid, a pesar de ir ganando por 0-2, no estaban del todo convencidos. Míchel jugaba por mi zona y decía en el campo que no les estaban saliendo las cosas. Yo pensaba que un campeón no podía dejar escapar un partido así. Quizás, en la siguiente temporada les vino a la cabeza todo esto, aparte de que jugamos mejor y ganamos de manera merecida".

Chano fue el autor del segundo gol del triunfo de 1993 y Dertycia se encargó de poner en ventaja al Tenerife. El argentino también percibió el miedo en el rival. "Le veías la cara a Míchel, Sanchís, Butragueño, Chendo... y no notabas reacción. No entendían cómo podían ir perdiendo. El Madrid no aparecía y nosotros nos agrandábamos cada vez más y jugábamos con más personalidad. Fue un partido muy especial. Nos jugámos la clasificación para Europa y entrar en la historia del Tenerife".

También resulta significativo el testimonio de César Gómez, titular en el segundo partido. "Nosotros estábamos convencidos de que íbamos a ganar y ellos estaban seguros de que iban a perder. Era todo un Real Madrid y parecía que estaban asustados. Y si allí había gritos y palabras de ánimo, era sólo por nuestra parte. Le tomamos la medida a aquellos jugadores, que no sabían cómo superarnos. Sanchís tenía un carácter y un carisma fuera de lo común y Dertycia le tenía comida la moral. Parecía que temblaba, pero era algo general. Mentalmente éramos superiores".