EL PARTIDO que deberá afrontar esta noche el Tenerife Rural supone una nueva obligación. Vuelve a tener la presión de salir victorioso, en tanto en cuanto su rival es el colista de la competición y por lo apretada que está la clasificación para tratar de huir de zona peligrosa. Zona de la que se encuentra, en estos momentos, a tan solo un partido de diferencia. Vigo es el equipo que tiene los números más pobres de la liga. Es el peor equipo en valoración general y la mayoría de los aspectos estadísticos del juego dan para muy poco. No han ganado como visitante.

Con todos estos datos, queda demostrado que el Tenerife tiene que hacer lo que han hecho casi todos, ganar a los gallegos. Sin embargo, no estaría de más acudir al partido con la referencia de que el conjunto que visita el Santiago Martín puede, al menos, presumir de haberle ganado a equipos como Breogán y Melilla, con lo que los de Déniz bien harían en no confiarse y en prepararse mentalmente para solucionar las no pocas dificultades que, buen seguro, tendrá el partido de hoy.

El rendimiento individual y, por extensión, el colectivo que viene desarrollando el equipo en los últimos encuentros, avalan la confianza que se está depositando en ellos. Problemas físicos al margen, que no son excepción para ninguna plantilla, y especulaciones extradeportivas sobre cambios en la dirección administrativa de la entidad, deben permanecer al margen para no desviar la prioridad deportiva ante la trascendental semana que les espera con tres partidos sin solución de continuidad