Ruth Beitia dio a España la primera medalla en los Mundiales en pista cubierta de Doha al colgarse la de plata con un salto de 1,98 metros, el mayor éxito de su larga carrera deportiva, en la que ya tenía dos platas europeas y un bronce mundial, siempre bajo techo.

Como había anticipado, la croata Blanka Vlasic se mostró inaccesible (2,00), pero la cántabra no renunciaba de antemano a nada y terminó alzándose con el segundo puesto en una final a la que sólo faltó, de las grandes, la alemana Ariane Friedrich, lesionada.

Beitia es una de las cinco atletas que ha superado este año los dos metros, y dos de ellas, Ariane Friedrich y Meike Kroger (eliminada) no estaban en la final.

La cruz de la jornada estuvo a cargo de Diego Ruiz, campeón de España de 1.500, que sucumbió al ritmo africano en la final de 1.500 metros y llegó el último a la meta, a 60 metros del vencedor, el etíope Deresse Mekonnen, que revalidó el título en 3:41.86.

Luis Alberto Marco, subcampeón de Europa de 800, se metió en la final con sorprendente facilidad. Tomó la cabeza en la segunda semifinal y nadie le atacó. Cuando lo hicieron en la última vuelta, respondió con solvencia para ganar en 1:51.05. En la final promete no ser "un mero espectador".