CASTILLA 4

LANZAROTE 1

CastillaAdán; Nacho, Marcos, Gary (Luis Hernández, m. 54), Juanan, Cordero, Juan Carlos, Sarabia (Vázquez, m. 66), Rubén Ramos (Samuel, m. 81), Mosquera y Cristian.

LanzaroteMiguel; Moncho (Ian, m. 73), Juachi, André Luiz, Richard, Jotha, Raúl Torres (Carlitos, m. 61), Vladimir, Jonathan Torres (Maikel Padrón, m. 83), Rubén Rodríguez y Ayoze Pérez.

ÁrbitroSureda Cuenca (Balear). Expulsó al visitante Richard (m. 79) por doble amarilla. Amonestó a Cordero, más Jotha y André Luiz.

Goles1-0, m. 7. Juan Carlos.

1-1, m. 12: Raúl Torres.

2-1, m. 64: Sarabia.

3-1, m. 80: Vázquez, de penalty.

4-1, m. 93: Samuel.

IncidenicasUnos 500 aficionados.

Quinta derrota consecutiva del Lanzarote, que empieza a verle las orejas al lobo de la Tercera. Haciendo bueno el dicho de si vienes a buscar un punto te vienes de vacío, el resultado es a todas luces justo (4-1). Los lanzaroteños quisieron espabilar cuando ya estaban perdiendo a 25 minutos de la conclusión. Mientras tanto, se dedicaron a especular con el marcador y el tiempo, dando por bueno un hipotético punto.

La primera mitad empezó espesa y terminó aún peor en la tarde desapacible de Valdebebas. Sólo cinco minutos de vistosidad pudieron disfrutar los congregados en el desangelado Alfredo Di Stéfano. Las pocas hostilidades que sucedieron en estos primeros 45 minutos ocurrieron al inicio. Aprovechó el Castilla la invitación; Sarabia asistía desde la derecha y la punta de Juan Carlos cruzaba en exceso; un aviso porque inmediatamente Cordero hizo gala de su calidad al conectar un pase milimétrico al propio Juan Carlos que en esta ocasión no perdonó, sorteando a Miguel en su salida y marcando a placer. 1-0 que sería igualado cuando volvía a aparecer el sopor. Raúl Torres engatillaba desde unos 35 metros un zurriagazo imparable.

La reanudación del partido siguió con la misma tónica. No se observaba ninguna acción peligrosa, los defensas se imponían a los delanteros y el centro del campo de ambos bandos se empeñaba más en achicar y cortar que en distribuir y combinar.

Así, el Lanzarote era consciente de que tenía ante sí una oportunidad de oro para llevarse los tres puntos del feudo merengue, ya que para los canteranos parecía que no iba la guerra con ellos. No obstante, y pese a amagar, los insulares se dedicaron a remar y a guardar la ropa, por lo que pudiera pasar y pasó que se llevó tres goles.