No es normal que la Liga llegue a su última jornada con las plazas de descenso sin definir, tal y como ocurre en la temporada que finalizará este domingo, en la que incluso el colista, el Xerez, podría eludir la pérdida de la categoría.

Normalmente, la incertidumbre continúa hasta la fecha definitiva y afecta a uno o dos de los puestos que conducen a Segunda, aunque no siempre ha sido así. En los cursos 2002/2003 y 1999/00 ya se sabía con antelación cuál iba a ser el desenlace en la parte baja de la tabla, ya que tanto Rayo, Alavés y Recreativo, en el primer caso, y Betis, Atlético y Sevilla quedaron condenados sin la necesidad de sumar los últimos puntos en juego.

Para encontrar el ejemplo opuesto, el de una jornada final con todo por decidir, hay que remontarse a la temporada 1982/1983, en la que los cinco últimos equipos de la clasificación se jugaron en la fecha definitiva evitar los tres puestos del vagón de cola: Las Palmas, Osasuna, Celta, Racing y Valencia.

El que peor lo tenía era el conjunto levantino, no sólo porque era colista sino porque estaba obligado a ganar en Mestalla a un Real Madrid que dependía de sí mismo para ser campeón. En el lado opuesto se encontraba Las Palmas, que con un punto en el Insular ante el Athletic, que aspiraba al título, era inalcanzable para sus perseguidores. Ocurrió lo menos esperado, que el Valencia se impuso al Real Madrid, con el famoso gol de Tendillo, y que el conjunto amarillo cayó goleado en su campo, con lo que se salvó el último clasificado y bajó el que más lejos estaba del peligro, Las Palmas, que se marchó a Segunda acompañada del Racing y del Celta de Vigo.