Alemania, tres veces campeona del mundo y una selección que jamás abandonó el Mundial en la fase de grupos, afronta hoy una espinosa reválida ante Ghana, un equipo fibroso como un filete y la única selección africana que mantiene vivo el orgullo del continente negro.

A falta de un partido para que finalice la primera fase, las cuentas de ambos equipos, a grandes rasgos, son simples: A Ghana le basta con un empate para llegar a los cruces, mientras que Alemania necesita la victoria, aunque podría valerle el empate en función del resultado entre Serbia y Australia.

Sin embargo, dado el alto riesgo que supone especular con las cuentas de la lechera, el equipo que dirige Joachim Loew ya ha avisado de que saldrá a por los tres puntos, en busca del juego que admiró al mundo en la primera jornada, cuando goleó (4-0) a Australia. Klose será baja por sanción y su puesto lo ocupará Cacau.

Ghana llega al tercer partido invicta y al frente de la clasificación, tras haber superado a Serbia (0-1) en la primera jornada, al beneficiarse de un penalty absurdo cometido por los de Radomir Antic, pero que no supo ganar a Australia (1-1) pese a jugar una hora con un hombre más.

Al grupo que comanda el serbio Milovan Rajevac le sobra desparpajo y prestaciones físicas pero de momento sólo ha marcado de penalty y peca de bisoño.