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UruguayMuslera; Maximiliano Pereira, Victorino, Godín, Martín Cáceres; Pérez, Gargano, Arévalo Ríos, Álvaro Pereira (Sebastián Abreu, m. 78); Cavani y Forlán (Sebastián Fernández, m. 84).

HolandaStekelenburg; Boulahrouz, Heitinga, Mathijsen, Giovanni Van Bronckhorst; Van Bommel, Demy de Zeeuw (Van Der Vaart, m. 46); Robben (Eljero Elia, m. 90), Sneijder, Kuyt; y Van Persie.

ÁrbitroRavshan Irmatov, de Uzbekistán. Amonestó a Maximiliano Pereira, Martín Cáceres, Sneijder, Boulahrouz y Van Bommel.

Goles0-1, m. 18: Van Bronckhorst.

1-1, m. 41: Diego Forlán.

1-2, m. 70: Wesley Sneijder.

1-3, m. 73: Robben.

2-3, m. 92: Maximiliano Pereira.

IncidenciasPartido de semifinales disputado en el estadio Green Point, de Ciudad del Cabo ante 62.468 espectadores.

El tren con destino final en Johannesburgo paró ayer en Ciudad del Cabo para Uruguay y se llevó a Holanda con una victoria (2-3) que le dará el 11 de julio la oportunidad de volver a luchar por un inédito título mundial o repetir los segundos lugares de Alemania''74 y Argentina''78.

Dos goles en apenas tres minutos anotados por Wesley Sneijder y Arjen Robben, a los 70 y 73, cambiaron la historia de un partido que se mostraba muy equilibrado entre las dos selecciones que llegaron a las semifinales como auténticas sorpresas.

La ventaja se hizo inalcanzable y tornó estéril el postrero tanto del lateral derecho Maximiliano Pereira (m. 92), que dio más emoción a un final de partido seguido por más de 62.000 espectadores en el que los holandeses terminaron contra las cuerdas a pesar de haber desperdiciado varias oportunidades tras la puntilla de Robben.

Los "oranje" ampliaron a 24 el número de partidos sin perder, una racha que comenzó en 2008, y en el Mundial de Sudáfrica es la única que ha ganado sus seis compromisos y hora espera el desenlace de la semifinal de hoy entre Alemania y España.

Sneijder, volvió ayer a ser proclamado figura, como lo fue en el partido que ganaron de remontada a Brasil en la fase de cuartos de final.

El primer tiempo premió al fútbol con dos soberbios goles a unos 35 metros de las porterías anotados por los capitanes zurdos.

El primero, del capitán holandés Giovanni Van Bronckhorst, con un zapatazo desde la banda izquierda que se filtró en la escuadra ídem de Fernando Muslera, a los 18 minutos. Y el otro de Diego Forlán que clavó en el centro de la portería a los 41, luego de recibir desde el punto central de la cancha un pase de Mauricio Victorino.

Estos dos golazos demostraron que el remate a distancia ayudado por la trayectoria irregular del "jabulani" sería el "ábrete Sésamo" para un partido de mucha paciencia y cuidado.

El entrenador Óscar Washington Tabárez había reconocido la víspera que comparados con las otras tres selecciones finalistas, los suyos tenían menos cualidades en el dominio del balón.

Por eso Uruguay pareció preferir entregarlo al rival, blindarse atrás para aguantar la presión y buscar la sorpresa en cualquier momento con una pesca milagrosa de Forlán o Edinson Cavani.

Forlán se fue de la cancha cuando se habían desvanecido las ilusiones de Uruguay de volver a una final mundialista, como la que ganaron a Brasil hace 60 años.

Y Sudamérica cedía a los europeos la posibilidad de ganar por primera vez la Copa del Mundo fuera de ese Viejo Mundo, y de tomar ventaja en el número global del títulos, que hasta Alemania 2006 establecía nueve para cada continente.