A lo largo de la historia de Santa Cruz destacados personajes han confeccionado la misma con extraordinaria dedicación, siendo por ello aún hoy en día reconocidos y recordados. Por tanto en la industria tinerfeña, y desde su actividad estrechamente ligada al desarrollo económico de nuestra isla y del archipiélago, destacadas personalidades contribuyeron con su trabajo y esfuerzo a mejorar aquella precaria situación económica que se produjo en los años 30 y 40 del pasado siglo.

Hoy traemos a las páginas de EL DÍA a una de aquellas extraordinarias personas que, dotada de un incansable espíritu y fe en sus objetivos, culminó una labor muy difícil de alcanzar. Nos estamos refiriendo al respetado ingeniero Antonio Preckler Ferrer, nacido en 1904 y fallecido en nuestra ciudad en 1978. Tras permanecer durante 41 años al servicio de Cepsa, las instalaciones de la refinería adquieren el mayor y más espectacular crecimiento, puesto que desde una capacidad de refino de 500.000 toneladas, se pasa a producir 8 millones de toneladas anuales, creando por consiguiente un incremento en los puestos de trabajo. Del mismo modo la refinería experimenta una expansión en nuevas obras junto con la Cía. DISA, que tiene en el ingeniero Preckler su más alto valedor. Fuera del ámbito del petróleo el prestigioso Preckler trabajó para que la materialización del teleférico del Teide fuera una realidad ya que fue uno de los principales promotores del proyecto e incluso su presencia se detecta en la agricultura, concretamente, en Valle de Guerra, donde funda una granja que fue modélica durante muchos años.

Entre las variadas aficiones particulares que poseía el polifacético Preckler Ferrer se encuentra la de consumado conductor y aunque su cargo de delegado de Cepsa le permitía tener coche y chófer de la empresa, él disfrutaba conduciendo en los momentos de descanso festivos sus automóviles particulares en compañía de la gran familia que formó tras su boda con la dama doña Ana Arias Vigo.

El primer "fotingo" que poseyó el ingeniero Preckler fue un Ford modelo sedán de 9 H.p., con número de motor 15191, dado de alta el día 11 de noviembre de 1935 y al que le tocaron las placas de TF-5976. También condujo un espléndido Austin Princess de matrícula TF-19999, modelo sedán cuatro puertas, inscrito en 1962.

Con ocasión de una importación realizada por Cepsa de un impactante Chevrolet Impala, el cual llegó a nuestra isla con la placa originaria de PP-0067, tampoco escapó de las manos expertas de este caballero, recorriendo con el mismo todos los lugares de nuestra isla. Aunque hemos intentado seguirle la pista a este Impala, "chicharrero de adopción", no nos ha sido posible, pero sí está confirmado que estuvo mucho tiempo al servicio oficial del delegado.

Nos produce lástima que ninguno de estos ejemplares haya sobrevivido a la chatarra, pero más pesar nos provoca que la memoria de este insigne personaje no sea recordada con una calle, para así perpetuar su recuerdo y nuestro agradecimiento por su loable labor en pro de Canarias.