"Ruymán, un cadete de 15 años, paró al Granada". La portada de Jornada Deportiva del 24 de marzo de 1997 recogía el protagonismo de un portero adolescente que hoy es un hombre que sólo práctica el fútbol como aficionado.

La última visita del Granada a Tenerife se correspondía a un partido en Segunda B en casa de un Realejos colista y que se encontró sin los dos porteros de su plantilla -los ex tinerfeñistas Ibrahim, sancionado, y Moisés, con gripe- en las horas previas al compromiso. La solución a esas ausencias llevó el nombre de Ruymán Dévora Hernández (Tenerife, 21-07-1981), un niño en edad cadete que jugaba de guardameta en el juvenil y que aún no ha olvidado aquel 23 de marzo de 1997. Con él bajo los tres palos, el Realejos ganó 2-1 a un rival claro aspirante a la fase de ascenso, aunque no lo conseguiría. El curioso debut fue recogido por todo tipo de medios, tanto locales como nacionales. "Me entrevistó hasta José María García", rememora el héroe efímero.

"No se puede olvidar un día como ese. Lo recuerdo perfectamente", afirma Ruymán, que narra la cadena de hechos con claridad. "Aquella mañana fui a jugar a La Laguna, contra el Ofra, con el juvenil nacional, en el que era suplente de Bruno. Quedando cinco minutos, con los cambios hechos, el entrenador nos dijo a los suplentes que fuéramos a ducharnos. En el vestuario nos enteramos de que echaron al portero y se puso un compañero de campo. Pues nada, se acabó el partido, llegué a casa y me fui a la plaza. Estaba sentado con los amigos, pensando en ir al cine por la tarde, cuando veo a mi madre llamándome. Ven corriendo, ven corriendo, me dijo. Un directivo del Realejos me vino a buscar. Ni por la cabeza se me ocurría pensar que iba a jugar en Segunda B con el primer equipo, y encima ganamos", cuenta.

Ruymán, posiblemente el jugador canario más joven en debutar en alguna de las tres primeras divisiones -15 años, ocho meses y dos días- recuerda la ansiedad de ese momento: "Yo estaba todavía con pañales. Me puse muy nervioso al principio, pero los compañeros me animaban y se me quitaron. Y eso que me chutaron mucho".

Siguió en el primer equipo una jornada más, en la que el Realejos visitó al Marbella y también ganó. "Fui de suplente y tuve la suerte de conocer a Jesús Gil y Tomás Reñones", cuenta. Luego volvió al juvenil. Dos años después, "sobre los 17", dice, abandonó. Tuvo sus motivos y los enumera: "Me partí la clavícula, me recuperé, recaí... Luego te aburres del fútbol y al final lo dejé".