Si el Isla de Tenerife Socas Canarias contara para el partido de esta noche con Ricardo Guillén y Jaime Heras, el pronóstico sería local. Sin embargo, dichas ausencias tan significativas y viendo los puntos que sigue encajando el equipo de Martínez es necesario calificar como una "misión harto difícil" la visita del Melilla Baloncesto. Y esto no es ser pesimista. ¿Que se logra dejar los dos puntos en casa?, fenomenal, pero a priori saltan las dudas, sobre todo cuando miras la plantilla contraria y ves que entre ellos brillan Jason Detrick, Morales, Yebra, además de la aportación de Jeffrey Foote.

Pero se hace necesario ver la botella medio llena y confiar en que los discípulos de Alejandro Martínez van a salir a "comerse" en defensa al ¿favorito? y a intentar dar la mejor versión arriba.

Es más divertida la cosa siendo optimista, pero cuando las circunstancias disminuyen el potencial del equipo el derecho a las dudas es lícito.

Del rival de hoy hay mucho que decir, entre otras cosas que se trata de un club respaldado por las instituciones melillenses, que apuestan por tener presencia en la ACB, algo que se le está negando año tras año.

Luego, en lo deportivo y humano, los nombres brillan sobre cualquier parquet. Y como ejemplo está un ex aurinegro, Jason Detrick -criticado por muchos cuando lo fichó Martínez y ahora elevado a los altares-, que sigue teniendo una "ametralladora" en sus manos más allá del 6,75 (contabiliza un 51% de acierto 19 de 37), además de ser el máximo encestador del equipo (199 puntos). A su lado: Jorge Fernández, Óscar Yebra, Javi Vega y Juami Morales.

En el interior brillan auténticas torres: Jeffrey Foote (2,14), Miguel Ángel Montañana (2,06), Nacho Romero (2,16) y Javier Vega (2,05). Junto a ellos un "cuatro" de 2,05: Rob Gleen, segundo máximo reboteador del Melilla (49), por detrás de Montañana (55).

Sin Guillén, los argumentos de Alejandro Martínez para tratar de contrarrestar este poderío son estos: "Mac" Koswal (2,06), Jesús Chagoyen (2,01) y Víctor Serrano (2,11), contando además con la ayuda de Rod Flemings (2,01).

La clave vuelve a estar en el trabajo que el equipo pueda realizar atrás, cerrando el rebote e impidiendo cómodos tiros del exterior.