La recaída del Tenerife tras las derrotas ante el Recreativo y Real Betis, en las dos últimas jornadas de Liga, deja las primeras consecuencias dentro del capítulo de cambios en la estructura deportiva del club: la marcha de su máximo responsable en materia de fichajes, Santiago Llorente, que hoy tiene previsto reunirse con el presidente de la entidad, Miguel Concepción, con el propósito de rescindir su contrato, y también la probable destitución del técnico Mandía.

El de Llorente no será un despido por parte del consejo de administración del Tenerife, sino la ruptura de la relación entre las partes de mutuo acuerdo, provocada, eso sí, por la pésima trayectoria del equipo en la Liga. Con este pacto, Llorente anticipa su salida del club seis meses, ya que su contrato tiene vigencia hasta el 30 de junio de 2011 y Concepción no era partidario de ofrecerle la renovación.

En las últimas semanas, el profesional vallisoletano ya le había expresado al empresario palmero su voluntad de ofrecerle todo tipo de facilidades si prefería prescindir de sus servicios, ya que no quería ser un obstáculo en el intento del Tenerife de poner fin a su crisis de juego y resultados y no tenía la orden de buscar fichajes con vistas al mercado de invierno. Por lo tanto, el club no tendrá que abonarle al director deportivo el salario correspondiente a lo que resta de curso ni una indemnización.

Tercera despedida.- De esta manera finaliza la tercera etapa en el representativo de Llorente, el artífice de los principales éxitos del Tenerife en su historia. Su primer acercamiento profesional a la Isla se produjo en 1989, elegido por el ex presidente Javier Pérez y con el representativo recién llegado a Primera tras el ascenso logrado con Joanet en el banquillo. Tras un ciclo dorado en el que el equipo blanquiazul participó dos veces en la Copa de la UEFA, los caminos de Llorente y el Tenerife se separaron temporalmente en 1997. Dos años después de su despedida, y tras un breve paso por el Oviedo, volvió a vincularse a la entidad tinerfeña con la misión de impedir inicialmente el descenso a Segunda A, objetivo que no logró, y situar nuevamente a la escuadra blanquiazul en la máxima categoría. En el verano de 2000 se desvinculó por segunda ocasión del Tenerife dejando una plantilla que, nueve meses más tarde, con Benítez, lograría dar el salto a Primera con el gol de Hugo Morales.

Valladolid, Jaén y Getafe fueron sus siguientes destinos profesionales antes de aceptar en 2008 la propuesta de Miguel Concepción de coger el relevo del proyecto que había iniciado dos años antes uno de sus antiguos ayudantes, Alfonso Serrano. Llorente supo impulsar con los fichajes adecuados al Tenerife hacia su cuarto ascenso a Primera División, pero no tuvo la misma fortuna un curso después en el desafío de impedir el descenso que se confirmó en Mestalla en el mes de mayo del presente año. La duda de por qué el club no incorporó refuerzos al plantel de Oltra en enero de 2010 sigue sin ofrecer una respuesta convincente.

La última oportunidad.- Con el equipo otra vez en Segunda División, la pérdida de confianza de Concepción en Llorente no era ningún secreto. De hecho, el presidente llegó a confesar en más de una entrevista su decepción por la manera de proceder del director deportivo tras el ascenso a Primera. "En el machuca y limpia de la temporada pasada hubo un indultado, el director deportivo. Vamos a darle la oportunidad de que empiece de nuevo, pero no habrá más, así que hay que afinar y aprender de los fallos, porque ya no hay espacio para más errores", dijo Concepción el pasado mes de julio, dejando claro que Llorente sólo iba a tener una oportunidad más, la de crear al equipo que debía retornar a Primera "antes de lo que piensas". En cambio, el proyecto no tardó en dar síntomas de inestabilidad con el decepcionante comienzo de curso y el despido de Gonzalo Arconada, tras la cuarta jornada de Liga. La alternativa planteada por Llorente, la de sustituir al técnico vasco por Carlos Mandía, tampoco ha terminado de ser una solución fiable. De ahí, el desenlace que el Tenerife podría hacer oficial hoy: la rescisión del contrato de Llorente, que seguramente estará unida a la destitución del actual entrenador.

13 puntos de 33.- Mandía se puso al frente del Tenerife en la sexta jornada, después de que el equipo no sumara ningún punto en cuatro partidos con Gonzalo Arconada ni en el que tuvo a Alfredo Merino como preparador interino. Hasta el momento ha dirigido al conjunto blanquiazul en once encuentros, con un balance de cuatro empates y tres victorias, trayectoria que se traduce en la obtención de 13 puntos sobre 33 posibles. Minutos después de la derrota con el Betis, admitió que el tropiezo en el Heliodoro con el Nástic y el 3-0 encajado hace dos jornadas en Huelva fueron contratiempos inesperados que condicionaron un principio de reacción que experimentó el Tenerife con los triunfos seguidos frente a Alcorcón y Villarreal B. La suspensión del choque con el Granada, justo después de esa racha, también fue un obstáculo en la evolución del representativo, a juicio del entrenador gallego, que llegó a la Isla acompañado por el técnico Antonio Puche y el preparador físico Enrique Sanz el 27 de septiembre, después de firmar por lo que quedaba de campaña.

Mandía cogió al Tenerife último de la clasificación, sin puntos y a la distancia de una victoria de la permanencia, y ahora lo tiene colista, con 13 puntos y a cinco de la salida de los puestos que conducen a la Segunda División B.

Amaral.- La posibilidad de que Mandía fuera destituido desató los primeros rumores acerca de los sustitutos mejor situados para sentarse en el banquillo del Tenerife. Concepción ha pensado en el técnico al que despidió en el año 2006, poco después de su llegada a la presidencia del club. Se trata de David Amaral, que ha entrenado al Tenerife en dos etapas, se encuentra sin equipo, es un asiduo en la grada de Tribuna, conoce a la perfección la categoría y ya sabe lo que es salvar al Tenerife. La alternativa de contratar al ariquense cobró fuerza cuando el equipo de Mandía perdió ante el Nástic en el Heliodoro el pasado 7 de noviembre y se enfrió a raíz del posterior tramo del calendario en el que los resultados fueron favorables.