El número uno del mundo, el español Rafael Nadal, disfrutó de una nueva jornada plácida en su pase a la tercera ronda del Abierto de Australia, carente de contratiempo alguno ante el estadounidense Ryan Sweeting, un jugador procedente de la fase previa y al que batió por 6-2, 6-1 y 6-1.

El tenista balear, que en su primer partido apenas estuvo tres cuartos de hora sobre la pista contra el brasileño Marcos Daniel, que abandonó sin anotarse un juego (6-0 y 5-0) despachó por la vía rápida el trámite contra la raqueta norteamericana. Un rival menor que solo le aguantó 102 minutos sobre la pista Rod Laver Arena.

Forma parte Sweeting de esa relación de esperanzas estadounidenses estancadas a medio camino. Nacido en Bahamas, fue un júnior reputado. Por eso el tenis de su actual país, ávido de buenas noticias en este deporte, decidió nacionalizarle y aunarlo a la causa.

Sweeting, de 23 años y anclado en el puesto 116 del ránking, sin repercusión alguna en el circuito y sin dotes sobresalientes que aventuren para él un futuro mejor, nunca ha sobrepasado la segunda ronda en un ''major''. Esta vez tampoco.

En el choque contra Nadal no advirtió golpe contundente alguno. Ni el servicio ni remates ganadores. Lo más llamativo no le llegó hasta el quinto juego del tercer set, cuando quebró el servicio del español, que ya tenía medio cerrado el partido con 4-0. No perdió más que cuatro juegos.

Nadal aprovechó el compromiso para afinar algunas acciones. Subrayó la mejoría en el saque, que llegó a lanzar a 209 kilómetros y que completó con cuatro directos. Tiros definitivos y velocidad de piernas.

No avista el número uno del mundo jornadas agitadas en su recorrido para ganar el Abierto de Australia y convertirse en el tercer hombre de la historia en lograr los cuatro Grand Slam consecutivos hasta, al menos, los cuartos de final. En tercera ronda le espera el ganador del choque entre su compatriota Feliciano López y el australiano Bernard Tomic y en octavos la lógica advierte al croata Marin Cilic.