La selección española de balonmano tratará de certificar hoy (15:00) con un triunfo sobre Islandia su clasificación para las semifinales del Mundial, en las que España no figura desde el año 2005, cuando logró en Túnez su primer y único título universal.

Para ello, los de Rivera deberán mantener la intensidad defensiva, que se ha convertido en la imagen de marca de la selección, ante un equipo que, como recalcó el técnico español, apenas tiene fisuras.

"Son una selección muy completa. Tienen lanzadores, fintadores, un equipo que tiene de todo, por lo que será muy difícil", señaló Rivera, que intentará sorprender a un conjunto nórdico que ya apeó hace tres años a España de la final olímpica en Pekín.

Desde entonces poco ha cambiado el equipo islandés, en el que poco a poco el veterano Olafur Stefansson va cediendo protagonismo a los más jóvenes Alexander Petersson y Robert Gunnarsson, en espera de la explosión definitiva del central Aron Palmarsson.

No obstante, la aportación de Stefansson sigue siendo capital para el dinámico juego que propone el conjunto islandés, un equipo temible cuando puede correr, gracias a la velocidad de los extremos Gudjon y Petersson.

Dinamismo que también caracteriza el ataque estático del cuadro islandés, en el que juega un papel determinante el pivote Robert Gunnarsson, que tiene su mejor aliado en la excelente visión de juego del central Snorri Gudjonsson. Igualmente consistente se presenta la defensa del equipo islandés en la que los durísimos Ingimundarson y Sverre Jakobsson supondrán una difícil prueba para el pivote español Julen Aguinagalde, que volverá a ser uno de los principales argumentos ofensivos del equipo español.

Lo mismo que el lateral Alberto Entrerríos que se las tendrá que ver con el agresivo Petersson, que suple su falta de estatura, con una intensidad que le convierte en uno de los mejores defensores.

Escalafón en el que año a año asciende el portero Bjorgvin Gustavsson, una de las claves de los recientes éxitos del cuadro islandés, vigente subcampeón olímpico y tercero en el pasado Europeo de Austria, que pondrá a prueba la puntería del equipo español.

Uno de los pequeños detalles que España aún debe pulir, para acabar de dar ese salto cualitativo, que le permita no solo por acceder a las semifinales, sino pelear en igualdad de condiciones con los máximos favoritos al título.