Una de las noticias del partido fue el debut de Sebastián Dubarbier. El futbolista cedido por el Lorient francés no solo entró por primera vez en una convocatoria del Tenerife, sino que tuvo la oportunidad de estrenarse en un partido tan especial como el derby. El argentino fue llamado por Carlos Mandía en el minuto 58 para que sustituyera a Dani Kome. Tras ser recibido por el público con una ovación, se acopló al juego realizando inicialmente la función de mediapunta. Veintiséis minutos más tarde, con la entrada al campo de Iriome, el único fichaje -hasta el momento- del Tenerife en enero pasó a ocupar la demarcación de interior zurdo, su puesto natural.

Al término del clásico, Dubarbier pasó por la sala de prensa del Heliodoro Rodríguez López para compartir sus sensaciones. Sobre su rendimiento, el jugador nacido en La Plata reconoció que había notado la falta de ritmo de competición provocada por las pocas oportunidades que le habían brindado en el Lorient esta campaña.

"Me sentí un poco ahogado, porque hacía tiempo que no jugaba", explicó Sebastián, que llegó a la Isla el 14 de enero y apenas pudo ejercitarse con sus nuevos compañeros en cinco entrenamientos.

En cuanto a la función que de-sempeñó en el choque de ayer, dijo que es un "jugador de banda", aunque puede "actuar en otras posiciones" si el técnico así lo decide.

Durante poco más de media hora, Dubarbier entró en contacto con el balón doce veces y recibió una tarjeta amarilla por una entrada a un adversario. Además, entregó seis pases correctamente y no tuvo la ocasión de disparar a puerta.

Aparte de su actuación, Dubarbier calificó como "muy lindo" el espectáculo del clásico y admitió que el empate "fue como una de-rrota" para el Tenerife, ya que el equipo blanquiazul "confiaba en ganar". No obstante, el argentino recordó que "el miércoles tendremos una revancha", haciendo alusión al partido de Liga con el Granada en el estadio Heliodoro Rodríguez López, y destacó la conveniencia de "no bajar la cabeza".