CUANDO consultamos nuestro archivo sobre las múltiples celebraciones que hacía el Club de Automóviles Antiguos de Tenerife, allá por la década de 1970, nos sorprende su capacidad organizativa. Afortunadamente, en la actualidad contamos con el veterano Rally de la Ciudad, celebrado el sábado de piñata, el cual, aunque algo mermado en lo que a participantes se refiere en sus últimas ediciones, aún está lleno de esplendor.

El Club de Automóviles Antiguos de Tenerife colaboró en muchas ocasiones con la presencia de sus "fotingos" a dar realce a varias efemérides, tanto a nivel nacional como local, además de colaborar incluso en otras ocasiones con programas televisivos que por aquel entonces gozaban de una fama extraordinaria.

En 1978 y coincidiendo con el cincuenta aniversario de la fundación de la compañía Iberia, participó en la exhibición que la misma hacía por toda España, de una maqueta a tamaño real y metálica del primer avión que se usó para unir Madrid-Barcelona en 1927. La idea promocional de Iberia fue muy buena y la prueba de ello la tenemos en que en todos los medios de comunicación se informó con detalle del desarrollo de los actos programados para ello.

El avión era el modelo RO VIII Roland de la fábrica alemana Rohrbach equipado con tres motores B.M.W. que desarrollaban cada uno una potencia de 230 cv. La velocidad máxima de crucero era de 195 k.p.h. y su capacidad se reducía a diez pasajeros, mientras que su tripulación la componían piloto y copiloto.

Al estar todos los actos programados por el Ayuntamiento de Santa Cruz para las Fiestas de Mayo, las celebraciones de ese año se vieron aumentadas con la exposición del RO VIII en la plaza de España, eligiendo la explanada existente delante del Real Casino de Tenerife. Por espacio de trece días la maqueta del RO VIII estuvo presente desfilando multitud de público para contemplarla desde cerca y, es así, como el día 7 de mayo de 1978 se vio de pronto acompañado por una nutrida participación de "fotingos" que acudieron a dar animación al acto. El programa confeccionado por el Club de Automóviles Antiguos consistía en primer lugar en acudir, a modo de concentración a las antiguas oficinas de Iberia en la avenida de Anaga, donde se hace un simulacro de facturación de equipajes, para a continuación emprender camino a la plaza de España, donde nos esperaba el RO VIII para su "despegue con destino desconocido". Ese día todos los ocupantes de los "fotingos" vestían de época. El Ayuntamiento colaboró obsequiando a todos los participantes con una gran paella y, al finalizar la misma, se sortearon en combinación con los números de las matrículas de los "fotingos", tres billetes de avión para dos personas ida y vuelta a la capital de España y una bolsa con diferentes obsequios, todo ello por supuesto gentileza de Iberia. Con motivo de esta efeméride la Cía. Iberia entregó a la Policía Municipal una placa conmemorativa así como otra a la corporación municipal con motivo de la presencia de su primer avión en Tenerife.

También hubo un concurso de dibujo y pintura y la actuación de grupos folclóricos girando todo alrededor de aquella magnífica maqueta a escala 1/1 que suponemos descansará en la actualidad en algún museo de la Península para deleite de los amantes de la aviación española.

A esta celebración se le denominó "Vuelo fantasma", nunca mejor dicho, ya que el RO VIII hacía de todo, menos volar.