El alemán Sebastian Vettel (Red Bull) continúa con su dominio al lograr su segunda victoria consecutiva en el Mundial de Fórmula Uno, al imponerse ayer en el GP de Malasia, en el que Fernando Alonso (Ferrari), que pudo haber subido al podio, terminó sexto.

La carrera de Vettel no tuvo casi historia. Se instaló en la primera posición al darse la salida, administró su ventaja y tan solo en dos ocasiones cedió el liderato, una vuelta cada vez, cuando se detuvo a cambiar neumáticos, a Alonso.

El único momento de inquietud, aunque no lo pareció, fue en la vuelta 29 de las 56 de que constó esta segunda prueba del Mundial, cuando le avisaron por la radio para que no utilizara más el KERS.

Lo que pudo haber sido un problema en este circuito, no lo fue para el Red Bull de Vettel que dos vueltas después hacía una vuelta rápida y cada vez se distanció más de sus seguidores.

Si Fernando Alonso lo tenía difícil antes de la carrera, cuando se inició las cosas se complicaron aún más, al perder dos puestos en detrimento de los Renault del alemán Nick Heidfeld y el ruso Vitaly Petrov y de su compañero el brasileño Felipe Massa, aunque él pudo superar al Red Bull del australiano Mark Webber.

La arrancada de los Renault recordó a la de los tiempos de Alonso en la casa francesa, porque Nick Heidfeld desde la sexta posición se situó segundo tras Vettel.

El asturiano fue remontando, alargando la vida de sus neumáticos y cuando montó los duros a quince vueltas del final, se dispuso a lanzar su ataque para subir al podio.

La víctima propiciatoria fue el británico Lewis Hamilton (Mclaren) al que acosó durante dos vueltas, pero no le pudo adelantar en la recta de meta porque el alerón trasero móvil del Ferrari dejó de funcionar y como los dos pilotos utilizaron su KERS, uno para adelantar y el otro para defenderse, las posiciones se mantuvieron inalterables.

Alonso lo intentó curva tras curva y a la salida de una de ellas entró en contacto el alerón delantero izquierdo con la rueda trasera derecha del McLaren y parte del apéndice aerodinámico saltó por los aires, obligando al piloto de Ferrari a detenerse en talleres para cambiar el morro del coche, lo que le hizo perder tres puestos.

Pero el podio tampoco sería para Hamilton que, con los neumáticos al límite, se detuvo a cuatro vueltas del final para terminar séptimo por detrás de Alonso.

Al final Vettel logró una cómoda victoria, a pesar de los pocos más de tres segundos de margen sobre el británico Jenson Button (McLaren) y tercero fue Nick Heidfeld, que se aprovechó del incidente entre Hamilton y Alonso y consiguió mantener el puesto a pesar del acoso de Webber hasta la meta.

Jaime Alguersuari (Toro Rosso) realizó una magnífica salida, se situó undécimo por delante de su compañero Sebastian Buemi, pero poco después comenzó a sufrir con la degradación de los neumáticos y terminó decimocuarto.

Los dos monoplazas de Hispania se tuvieron que retirar de su primera carrera.