FUE UN ENCUENTRO muy emotivo. En ocasiones pareció más un partido de homenaje que uno de competición, con no pocas cosas en juego. El cariño que recibió Iker Urreizti desde los prolegómenos del encuentro, hasta muchos minutos después de la finalización del mismo, marcó el enfrentamiento entre tinerfeños y malagueños de la última jornada disputada en la Adecco Oro.

Los diferentes detalles recibidos por el base vasco, que ha echado muchas raíces en la Isla, volvió a ejemplificar la unión entre afición y equipo, así como la cohesión de un vestuario que se sigue significando, desde hace muchas temporadas, como un conjunto profesional donde se priorizan valores de comportamiento grupales.

Al margen de ello, el partido respondió a las expectativas que se habían establecido y los aurinegros se mostraron muy superiores. Los detalles menos favorables estuvieron en la escasa aportación de los jugadores poco habituales, significándose una diferencia considerable cuando Alejandro Martínez decidió utilizarlos a todos al mismo tiempo, confiado por un marcador muy holgado. Fue el único momento de duda en el resultado, que quedó disipada cuando la primera unidad volvió a la pista.

Resta una sola jornada para el término de la Liga regular y pocas cosas se saben acerca de la clasificación final de la misma. En lo que respecta a los aurinegros, conocen que no van a poder tener el factor cancha a favor y que los aficionados van a tener que esperar casi un mes para volver a ver a su equipo en el Santiago Martín. La posición final, y el rival en esa primera eliminatoria, va a depender de los resultados del próximo viernes.

El Isla de Tenerife Socas Canarias viaja a Murcia en esa última fecha de la Liga. Los murcianos, si ganan, subirán a la ACB y se adivina una fiesta que los nuestros tratarán de amargar. Un triunfo tinerfeño les garantiza la sexta plaza y les evita un enfrentamiento con Burgos y con el que no ascienda entre murcianos y gallegos. En ese caso, León o Girona serían sus rivales. Toca esperar.