Paulino Rivero, uno de los principales impulsores del movimiento que sirvió para rescatar al Tenerife de la crisis deportiva y económica de 2006 y que situó al frente del club a Miguel Concepción, compartió ayer, en Radio El Día, su preocupación sobre el futuro de la entidad y dejó en manos de los accionistas la decisión de dar continuidad a la directiva, advirtiendo de que volvería a intervenir para salvar al equipo como hizo hace cinco años con la Cumbre de la Ermita.

"Estoy dispuesto a lo que sea", confesó sobre la posibilidad de repetir el liderazgo que asumió a raíz de la dimisión del consejo encabezado por Pérez Ascanio.

Sobre la posibilidad de que Concepción continúe en el cargo tras cumplir los cinco años de su primera legislatura, el presidente del Gobierno de Canarias aclaró que "eso le corresponde a Miguel y a los socios de la entidad, que son los que tienen que elegir". En cualquier caso, señaló que el empresario palmero "es una persona muy responsable y si tiene que estar, seguro que no va a escurrir el bulto; y ya es importante que el club no quede descabezado".

En cuanto al papel del Tenerife en las jornadas de Liga que restan, opinó que "no se ve al equipo con condiciones anímicas para salir de una situación tan complicada".

Haciendo balance de la temporada, Paulino Rivero indicó que "partimos de unas expectativas muy altas, pensando que iba a ser un paseo militar y que íbamos a volver a Primera sin bajarnos de la guagua, y nos hemos dado de bruces. Las cosas empezaron mal".